Dahcok

Nombre: Dahcok (nadie sabe su verdadero nombre)

Apellidos: (si no saben el nombre, los apellidos menos)

Edad: 18

Sexo: Masculino

Historia real: Tengo 18 años y ya llevo uno con Gerde. A lo mejor no comparto ninguno de los objetivos de los Sheks, pero tener el poder de una diosa de mi parte puede ayudarme a conseguir mi venganza.
Desde que nací y hasta los 15 años, viví en Raheld. Mi futuro habría sido reinar el reino, de no ser por un levantamiento que destronó a mis padres. El rey, antes de la revuelta, ya desconfiaba del General más prestigioso de su ejército, así que, por si algún día me era útil, me mandó instruir en el arte de la guerra con 12 años.
Llegué a pasar más tiempo con mi entrenador que con mis padres; llegué a confiar más en él. Pero la confianza se quebró tres años después, con mis 15 años recién cumplidos, cuando el General del ejército se reveló y mi propio entrenador participó en el motín.
Mis padres, para que escapara, me sacaron del reino sobre un pájaro haai, acompañado de un mago que siempre había sido fiel, y acabé en una ciudad yan. Allí estuve varias semanas, hasta que un cazarecompensas bárbaro intentó capturarme y llevarme al reino, para matarme y evitar así cualquier intento de venganza o recuperación del trono.
Pero conseguí acabar con él (a duras penas). Entonces, decidí que tenía que abandonar Idhún, ya que el General seguiría mandando gente para capturarme y matarme.
Mi siguiente hogar fue la Tierra. Allí, el mago y yo, llevamos una vida normal: lo más normal que un chico de 15 años como yo y un mago pueden llevar. En pocas semanas, aprendí a leer y a escribir, lo que me sirvió para beber muchos de los conocimientos del ser humano. Las personas que me veían en las bibliotecas quedaban impresionadas al ver a un chico de 15 años leyendo libros de medicina e ingenierías.
Aunque todavía no había terminado de formar mi mente, tomé una decisión: debía volver a Idhún para vengarme. Sabía que yo solo no podía hacer nada, por lo que tenía que buscar un aliado que pudiera moverse por los mismos objetivos, o al menos, unos parecidos; con tal de que me ayudara y no entorpeciera mi camino, cualquiera era una buena persona.
Y así, sin apenas haberlo querido, aparecimos en un bosque de Idhún. Frente a nosotros, un majestuoso unicornio me miraba fijamente. Entonces, el mundo sólo se redujo a la criatura y a mí. Su fina piel blanca brillaba con luz propia; me sentía incapaz de abandonar aquel lugar sin tocar antes al animal, embelesado. Y cuando mi palma palpó su hocico, una sensación de plenitud recorrió cada rincón de mi ser. Durante un instante, una luz en mi interior reemplazó todas las ansias de venganza por un sentimiento tranquilo. Cerré los ojos, disfrutando del momento… Cuando los volví a abrir, me encontraba solo en el bosque.
Me di la vuelta, y de forma espeluznante, apareció una mujer delante de mí. Era hermosa, aunque algo en su rostro me hacía desconfiar de ella. Me ofreció una alianza. Como si me hubiera leído la mente, me propuso trabajar para y con ella. Mi primera reacción fue la de irme de allí y dejarla sola. Total, ¿qué podría ofrecerme una simple mujer? Pero entonces… me mostró parte de su poder. Ante mi atónita mirada, movió las manos y el cuerpo de mi amigo el mago siguió su movimiento. Las juguetonas extremidades, con varios golpes secos, hicieron que el hombre se subiera al árbol más alto y se lanzara al vacío.
Ahora sí ya había encontrado a mi aliado; aunque todavía no entiendo qué puede conseguir una diosa de mí…

Historia que él cuenta: Nací en el reino de Nandlet, hijo de pobres alfareros. Cuando yo tenía 15 años, fueron asesinados mientras intentaban defender el negocio de unos ladrones. Desde entonces, he vivido como he podido; hasta que llegué aquí... Pero ahora no me apetece hablar de eso...

Intereses: Tiene interés en el uso de la magia (quiere aprender a usarla). Eso es su mayor interés, porque le puede ayudar a lcuhar cuando quiera consumar su venganza.

Psicologia física:Pelo castaño, corto y peinado despreocupadamente. Ojos marrones. Estatura alta. Cuerpo musculoso (por su entrenamiento desde los 12 años). Y curiosamente, siempre deja un tenue rastro de olor a frescor tras de sí.

Psicologia interior:Sobre todo, hipócrita, irónico y desconfiado. Concentrado en la venganza, aunque no lo suela mostrar. Puede aparentar simpatía.

Raza: Mago

Pertenencias:*