Nombre: De alguna manera se llama Khaai.
Apellidos: No tiene o nadie los recuerda.
Edad: 13 años.
Raza: Humana, con algo de sangre feérica (una bisabuela suya), y fusionada con un lobo blanco, no se sabe si erróneamente o con éxito.
Descripción física: Esmirriada, delgada y muy rápida huyendo, tiene los ojos bicolor, como algunos perros. Siempre va descalza.
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Descripción psicológica: Cerrada, no socializa con nadie, por no decir que no dice otra cosa que "Khaai" muy de vez en cuando. Es como un animalito salvaje y siempre desconfía de todo, aunque su curiosidad muchas veces gana y eso le mete en problemas. Le tiene miedo a la magia.
Historia: Su padre era un caballero de Nurgon, que murió unos días antes de su nacimiento, su madre era la hija de un burgués de una de las capitales de los reinos humanos, pero murió unas horas después del parto, envenenada por una de las comadronas, que luego se llevó a la niña, diciéndole a su abuelo que habían muerto las dos en el parto. La dejaron crecer apenas unos dos años, y entonces le empezaron a hacer pruebas para fusionarla con un lobo, al final pareció funcionar con uno blanco, de ojos bicolor. Pasaron varios años hasta que pudo controlar al lobo, y consiguió escaparse a los 10 años, gracias a que iban a trasladarla a otro sitio. Se escondió en los lindes del bosque de Awa, y muchas veces entraba a hurtadillas en los pueblos humanos para robar comida, por lo que la tienen por ladrona y la echan de la zona cada vez que la ven rondar.
Un día, varios años después de aquello, algo le pasó y acabó an Limbhad, sin saber dónde se había metido, pero afortunadamente se encontró con Jack, que la acogió y de alguna manera se convirtió en parte de la "manada".
Pertenencias: Nada más que la ropa que lleva puesta y la pulsera que lleva en el tobillo.
Intereses: Sobrevivir en un mundo que a ella le parece cruel, de momento.