Conociendo la forja

-Te recuerdo que has empezado tu... ya te dije que jugar con fuego no era bueno -le susurró al oído mientras le rodeaba el cuello con los brazos y después volvía a besarle lenta y profundamente.

Cogió su labio entre los dientes con delicadeza para luego besarle una vez más

-Podría decirse que sí, es otra forma de verlo... -le guiñó un ojo sonriéndole con picardía.

-Sí, ya veo que te gusta -le sacó la lengua- ¿y hablando de fuegos... intentamos encender ese?

Se acercó hasta la rejilla poniendo las manos sobre los trozos de carbón para prenderlo. Al momento había ya unas buenas llamas.

-¿Crees que con esto tendrás suficiente? -ladeó la cabeza observando las llamas- puedo crear algo más grande...

-Entiendo -puso una mueca y le sacó la lengua apartandose a un lado para dejarle espacio a él- nada de magia...

-Por supuesto y a decir verdad estoy contigo, la magia siempre nos ha simplificado las cosas... por eso siempre la he odiado, nos ha vuelto más cómodos por decirlo de alguna forma -lo miraba fijamente mientras añadió- lo sé de buena tinta... y créeme que no es bueno, te acostumbras a ella y luego, cuando más la necesitas es cuando te falla, la magia no dura siempre hay que renovarla, y no en todos los casos es igual de eficaz, no hay mejor trabajo que aquel que realizas con tus propias manos.

-Baaa tranquilo -hizo un gesto quitándole importancia al asunto- ya lo hice o mejor dicho, lo dije delante de mis padres una y otra vez... sí, es cierto que se enfadaban y mucho a decir verdad... -su expresión se tornó más seria- pero al final ellos mismos pudieron darse cuenta de que aquello que les decía era verdad, solo se dieron cuenta de que era cierto cuando más falta les hizo la magia en sus vidas.

Asintió poniendo la mano sobre aquella con la que le acariciaba la mejilla

-Lo se cielo, aunque solo me conformo con ver con mis propios ojos que es cierto que mi hermano se encuentra con ellos y está bien... o aunque no lo vea... por lo menos saber que es verdad.

-Por mi perfecto -dijo sonriendo ampliamente- pero antes...¿ no deberíamos ponernos algo para protegernos?

Cogió el delantal que le había indicado poniéndoselo. Había acertado, le quedaba algo grande, aun así consiguió anudárselo a la cintura y solo cuando creyó que ya estaba preparada se acercó hasta donde estaba Jack.

-Bien... podemos empezar cuando quieras ^.^

Escuchaba con atención todo lo que Jack tenía que decirle respecto a lo que estaba haciendo.

-Ahora queda esperar ¿no?

Apoyó los codos encima de una superficie y la barbilla sobre la palma de las manos mientras observaba como se iban fundiendo los metales.

Se asomó al barreño donde estaba la daga

-¿Podría echarle un vistazo antes de que la afiles?