Nombre: Erys
Apellidos: Barad-Dûr
Edad: 14
Sexo: Femenino
Historia:
Nací en Kash-Tar, en una pequeña casa de la ciudad de Nin. Mi madre era costurera, hacía unas túnicas preciosas. Todavía guardo unas cuantas. Mi padre era un mercader, iba vendiendo vasijas por todo Idhûn. Cuando tenía 6 años mi madre nos abandonó a mi padre y a mí, todavía no se el por qué. Seguí viviendo en Nin con mi padre unos 4 años. Hasta que nos mudamos a Kosh. Una tarde, tuve una bronca con él, echaba de menos a mi madre. Para despejarme un rato decidí hacer un pequeño viaje, un marinero me dejó cruzar con él el Mar de Raden y me dirigí a Drackwen. Estuve varios días allí. Cuando volvía de vuelta se me cruzó un animal precioso, era blanco con un cuerno en la frente, tenía forma de caballo. El unicornio se acercó y maravillada le toqué. No tardó en emprender el galope. Volví a mi casa en cuatro días. Mi padre me echo una buena bronca. Le conté todo lo del unicornio. Él no desaprovechando el tener una hija maga me envió a estudiar magia a la torre de Derbhad, pues la torre de Awinor no le convencía. Allí crecí y conocí a mis amigos, Lune, Sakura, Nambel y a Uckax. Actualmente tengo un buen nivel de magia, se utilizarla para luchar y defenderme. Una tarde decidí visitar a mi padre a Kosh, tenía que hablar con él sobre mi madre, quería encontrarla. Los maestros me dieron permiso. Andaba por los extraños bosques de Awa. Derrepente me caí al agua del río Awa, como siempre tan despistada en los caminos desconocidos. No sabía nadar, me estaba ahogando. De pronto sentí como volvía a respirar, me encontraba en una extraña habitación. Después descubrí que se trataba de Limbhad.
Intereses: Encontrar a mi madre, y seguir aprendiendo magia.
Psicologia física: 1´65 de altura, los ojos morados y grandes, el pelo negro y azul a trencitas, delgada, siempre lleva una tunica morada larga y un pañuelo negro tapandole la cara. Las botas son de cuero negro.
Psicologia interior: Sociable, cariñosa, no le egusta que le controlen y le gusta viajar mucho.
Raza: Yan
Pertenencias: Un collar de madera que le había regalado su padre, una pulsera negra con estrellas, obsequio de Lune, un pequeño cuchigo y una brújula