Novela rosa puag (título quizá permanente)

Bueno, "estreno" este apartado. Es un verdadero fastidio que todos los mensajes del foro se hayan borrado, especialmente en época de exámenes. Sobretodo porque editar los colorines cuesta más de lo que parece. Pero qué se le va a hacer
Hay que alabar el trabajo que están haciendo los admin para reconstruir el foro. La verdad es que lo están haciendo realmente rápido. Debe de ser un esfuerzo importante, porque también ellos están de exámenes... o les toca pronto.
¿Y por qué tanto rodeo? Porque no me apetece nada editar.
Pero algún día tendré que hacerlo, ¿no?

En fin, disfrutad de la lectura^^

La clase no estaba vacía. Isabel y Sara estaban sentadas en sus sillas en la primera de las dos únicas fila de pupitres. Una alargada ventana estaba entreabierta. Isabel se levantó y se asomó a ella.
-Pero... es que... jo! No puedes dejarle así- Protestó Sara- Mira, todo el mundo sabe que le gustas. Por algo se empieza, ¿no?
Isabel apartó de su rostro un mechón de pelo rubio, casi blanco, y lo colocó tras su oreja.
-Pero yo no quiero un rollo, ¿entiendes? Quiero algo más, necesito más.-Dijo Isabel
La puerta de la reducida clase se abrió y un joven se quedó en el umbral, a suficiente distancia como para que ni Sara ni Isabel le oyeran. Escuchaba pacientemente y con resignación lo que Minerva, la directora, le decía.
-Los horarios os los daremos mañana, con el calendario y demás. Es obligatorio el uniforme, y te lo puedes comprar en la tiendica que hay subiendo la cuesta, a mano izquierda, una que está al lado de una joyería de Tiffany. Qué más...-Divagó la profesora-¿Estás seguro de que tienes todos los libros? Bueno, lo del material escolar, cada profesor os dirá qué necesitáis para su materia. Ah, casi se me olvida. El año pasado cambiamos la normativa, mejor que le eches un vistazo. ¡Isabel!-Gritó de pronto la profesora-¿Cómo hay que deciros que no os asoméis a las ventanas?
La rubia de piel lechosa enrojeció visiblemente y volvió a sentarse.
-Perdón-Murmuró Isabel.
-Mira, siéntate ahí. Ahora vendrá la profesora. Aún faltan 10 minutos para que empiece la clase-comprobó el reloj- Isa, Sara, cuidadle bien ¿eh?
Y dicho esto, Minerva se fue.
-Hola-Saludó Sara con entusiasmo-Eres nuevo ¿no? ¿Cómo te llamas?
El joven evaluó a Sara con la mirada. A su vez, Sara lo evaluó a él.
Sara era alta. Solía sobresalir una cabeza por encima de todas las chicas, y su largo cabello negro era inconfundible. A simple vista parecía pajoso y mal cuidado. Se electrizaba con facilidad y casi siempre caía en indomables bucles más allá de su espalda. Pero hoy se lo había cuidado bien, y tenía el aspecto de lo que era en realidad: rizado, sedoso y negro con un ligero matiz azulado. Combinaba muy bien con sus grandes ojos azabache. Su sonrisa destacaba su favorecedora piel morena y acentuaba sus altos pómulos.
Sara era la envidia de muchas de su clase. Aunque se había desarrollado tarde, lucía unas voluptuosas curvas que no podían pasar desapercibidas, ni siquiera bajo los cortes rectos de la falda escocesa que tapaba sus rodillas, y la chaqueta azul de manga larga del uniforme escolar.
-Guillermo, pero me llaman Bill.-Contestó el joven.
Bill no llevaba el uniforme (pantalón largo gris, camisa, zapatos y chaqueta azul), sino que iba vestido con zapatillas negras, un estrecho tejano de cuyo bolsillo trasero sobresalían un par de bolígrafos, una camisa negra con las mangas remangadas hasta el codo, y una corbata blanca. En la mano izquierda llevaba un cuaderno y un libro. De su antebrazo colgaba un largo abrigo de cuero negro.
Era guapo. Más alto que Sara, tenía una altura media para un chico. Quizá estuviera demasiado delgado de acuerdo a los cánones de la belleza masculina. No eran los músculos lo que resaltaba en él, sino sus ojos y su pelo. Llevaba una melena que se pegaba a su cuello, y descendía sobre su pecho, negra como sólo un tiente puede conseguir. hacia la nuca, su pelo se erizaba cual puerco espín, y en la frente, caía sobre sus ojos. Unos ojos avellanados, de color entre verde y marrón claro.
-Yo soy Sara-Se presentó la chica, y se levantó para darle los dos besos de rigor.
-Encantado.
-Y yo Isabel, pero no me llames Isabel, que no me gusta- Se presentó la chica.
-Vale.-Contestó Bill tras darle otros dos besos.
-¿De dónde eres? No me suena haberte visto nunca -Preguntó Isabel.
Bill dejó los libros sobre la mesa y colgó su abrigo en una silla. Antes oculta por su abrigo, apareció en su muñeca izquierda una pulsera de pinchos metálicos.
-De Santander-Dijo sentándose.
Sara e Isabel intercambiaron una mirada sorprendida.
-¿Tan lejos? ¿Y eso? -Inquirió Isabel.
-Han trasladado a mi padre en la empresa-Informó Bill.-Oye, ¿Dónde está el resto de la clase?
-Haciendo un examen de matemáticas, de repaso. Mira, es que- Informó Sara- Nos dividen en grupos de nivel, y éste es el de nivel más alto. Te han hecho un examen de conocimientos previos para entrar ¿A que si?
-Sí. -Contestó Bill “Y bastante chungo” pensó.
-Pues, dependiendo de la nota, te ponen en uno o en otro nivel. Es raro que te pongan desde el principio en el nivel alto.-Dijo Isabel.
-Debes de ser un empollón pedante-Bromeó Sara.
-¡Sara! -La reprendió Isabel.
-Casi tanto como ella-Añadió Sara señalando a Isabel.
Sin hacer caso de Sara, Isabel prosiguió.
-No le hagas caso, está de mal humor porque ha tenido que madrugar. Bueno aún faltan dos, pero la verdad es que somos un grupito pequeño.-Afirmó Isabel.
-”Íntimo” diría Lorena-Interrumpió Sara
Ambas rieron.
Se abrió la puerta de nuevo y entró una chica que llevaba la falda gris de cuadros escoceses muy por encima de las rodillas, la chaqueta azul abierta y, bajo ella, una camisa blanca escotada. Sus rizos de mechones cobrizos caían sobre los hombros. En la mano llevaba un cuaderno minúsculo con un boli entre las anillas, y el olor de su chicle de clorofila se extendió por la pequeña clase.






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-Hola-Dijo despectivamente a Sara e Isabel cuando pasó junto a ellas.
Dejó la libreta sobre la mesa, apartó una silla, pasó una pierna por encima y se quedó mirando descaradamente a Bill, sentada con las piernas abiertas y apoyando el mentón en el respaldo.
-Tú eres nuevo ¿no?-Preguntó la chica.
Bill miraba los botines de cuero de tacón alto de la chica.
La puerta se abrió y se cerró con un fuerte golpe.
-Lorena-Exclamaron Isabel y Sara, corriendo a abrazar a una chica que acababa de entrar.
-¿Cómo te llamas-Le preguntó la chica de pelo cobrizo a Bill
-Pues... Bill, ¿Y tú? -Contestó él embriagado por color de los ojos verdes de aquella joven.
Una bolsa de papel se interpuso entre el rostro de Bill y el de la chica.
-Venga, Noelia, que se me cansa el brazo.
Quien sostenía la bolsa era una chica de chispeantes ojos marrones, rostro de pómulos regordetes, nariz pequeña y labios finos, que llevaba la chaqueta azul del colegio remangada hasta el codo, una camisa sin mangas que parecía sacada del siglo XVIII, zapatos negros de hebilla, y unas medias blancas con millones de calaveras bordadas en un tono más claro. Tenía le pelo castaño muy claro y llevaba una melena que se disparaba hacia todos los lados por encima de sus orejas.
Noelia arqueó una ceja, cogió la bolsa y la dejó con desdén sobre el pupitre.
-¿Qué es?-Preguntó Noelia.
-Un cóctel molotov. Anda, ábrelo y lo sabrás-Bromeó Lorena.
-Mira, no tengo tiempo para perderlo contigo. Déjame en paz-Dijo Noelia.
-Vale, pues tú te quedas sin tus zapatos de Victorio y Luccino.-Respondió la chica antes de darse media vuelta, coger del suelo su mochila negra con una gran calavera estampada y colgarla del respaldo de un asiento a un pupitre de distancia de Bill.
-¿De Victorio y Luccino? -Preguntó Noelia mientras abría la bolsa
-Ajá-Se limitó a contestar Lorena.
Al sacar los zapatos, un sobre cayó de la bolsa.
-¿Y esto? -Preguntó Noelia.
-Eso sí que no te lo voy a decir-Respondió Lorena sacando de la mochila un cuaderno de tapas duras, el libro, un estuche y una agenda.
Mientras Noelia abría el sobre, Bill la observaba, y Sara e Isabel lanzaban miradas de reproche a Lorena. Lorena contestó a las miradas encogiéndose de hombros, sacó dos paquetes envueltos en papel de regalo y los puso sobre la mesa. Uno era azul con pequeños barcos y el otro rosa con ositos.
-Adivinad-Imperó Lorena-Y mientras adivináis voy a ser educada un ratito. Hola-Añadió dirigiéndose a Bill-Me llamo Lorena ¿Quién eres?
-Es Bill, el nuevo-Contestó Noelia con una mirada que significaba “Es mío. Ni te acerques”.
Lorena arqueó una ceja, se levantó y le dio dos besos a Noelia.
-Encantada de conocerte-Exclamó Lorena.
Noelia y Bill la miraron con cara extrañada, pero Sara e Isabel se rieron.
-Te has presentado por él, así que a ti te saludo-Explicó Lorena.
Se volvió hacia Bill y le tendió la mano con una sonrisa.
-Encantada-Dijo Lorena.
Con cara de preocupación, Bill estrechó su mano.
Se volvió a abrir la puerta. Entró la profesora.
-Lore, siéntate. Isa y Sara, guardad lo que quiera que sea eso-Ordenó refiriéndose a los regalos-Noelia... En primer lugar, siéntate bien. En segundo lugar, ya sabes que no puedes traer este tipo de camisas. Si lo vuelves a hacer, mandaré una nota a tu casa. Tira el chicle. Y guarda eso.-La profesora miró a Bill y alzó las cejas-¿Nuevo?
Noelia encestó el chicle en la papelera. Bill asintió. Sara e Isabel guardaron los regalos en los pupitres y Lorena, una vez sentada, abrió el cuaderno y sacó un bolígrafo.
-Soy Diana. Y en esta clase de ciencias sociales vamos a dar Historia de España ¿Que por qué se llama ciencias sociales? Sencillamente, se les ha antojado a los del ministerio llamar así a la clase. Antes de nada, debéis saber que las ciencias sociales comprenden una gran variedad de disciplinas, entre ellas, la Historia. ¿Qué es la Historia?-Preguntó señalando a Sara.
-Esto... -Balbuceó Sara.
La profesora hizo un ademán de desdén con la mano y señaló a Isabel.
-Una... ¿Disciplina de las ciencias sociales?-Probó Isabel.
La profesora negó con la cabeza, señaló a Lorena y preguntó:
-¿Además de eso?
-... Una ciencia que estudia a ¿la sociedad?- Dijo no muy convencida Lorena.
La profesora sonrió.
-Se acerca, se acerca, pero no. Tú, ¿Cómo te llamas?-Preguntó Diana.
-Guillermo Greiffenstein.
-Dime, Guillermo, ¿Qué es la Historia?



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Tras 56 minutos de explicaciones e interrogatorios, la profesora dio por finalizada la clase y salió del aula. Sara e Isabel se fueron rápidamente al baño. Lorena recogió sus cosas con parsimonia. A Bill se le cayó el bolígrafo y rodó hasta poco más allá del pupitre de Noelia. La chica se levantó, cogió el bolígrafo del suelo de tal manera que Bill supo que llevaba bragas negras y se lo devolvió a su dueño. Luego salió de la clase sin coger su minúsculo cuaderno.
Bill, enrojecido, vio cómo salía Noelia con hipnótico paso firme.
-Le gustas-Declaró Lorena, sacándolo de su ensimismamiento, cuando la puerta se hubo cerrado.
Bill miró a la extraña chica. Todo empezaba a parecerle surrealista. El repentino cambio de ciudad, de colegio, y la extraña gente que se había encontrado. No lo entendía. No quería aceptar todo eso. Le parecía irreal.
-¿De dónde eres?-Preguntó Lorena.
Bill resopló. Estaba harto de que se lo preguntaran en cada formulario que había tenido que rellenar, cada persona que se había encontrado. Ya no quería repetir lo mismo otra vez.
Lorena sonrió.
-Vale, vale, si no quieres hablarme, tendré que imaginarme cómo eres-Apoyó el mentón en una mano y le observó.-Eres alemán. O por lo menos, lo es tu padre.
Bill la miró con el entrecejo fruncido.
-Se te nota. Además, Greiffenstein no es un apellido muy común por aquí.-Explicó la chica.
Lorena se levantó, cogió la libreta de Noelia y la dejó sobre la mesa de Bill.
-Te ha gustado Noelia. Y a ella también le has gustado. Si la ha dejado aquí es para que alguien se la devuelva-dijo refiriéndose a la libreta- Y seguro que no soy yo porque le caigo peor de lo que te caigo a ti-Volvió a su mesa y garabateó cosas en su cuaderno. Luego, arrancó la hoja y se la tendió. -No soy muy buena dibujando mapas, pero al menos se puede entender. ¿Ves este punto rojo de aquí? Es la clase donde estás ahora. Y el punto azul es la clase a la que tienes que ir dentro de ... -comprobó el reloj- 25 minutos. Toma.-Le dio el mapa-Hasta luego.
Ya estaba en el umbral de la puerta cuando Bill le preguntó:
-Eh, espera, ¿Y ésta X qué es?
-¿Eso? Eso es un sitio donde no voy a estar yo, ni Noelia, ni nadie que vaya a preguntarte nada. Hay una máquina expendedora de cafés, y funciona bastante bien. Pero si no sale el vaso, dale una patada. Venga, nos vemos luego.
Bill asintió con aire ausente, Lorena se fue y él se asomó a la ventana alargada entreabierta.
Había sido todo tan repentino, tan rápido... un mal giro en una curva y ni siquiera había podido ir al hospital a visitarla. Desde entonces nada había sido lo mismo. Se sentía vacío.
El chico sacudió la cabeza intentando sacudirse con ello los problemas y las divagaciones. Se apartó de la ventana, cogió su cuaderno, su libro y su largo abrigo de cuero y se dirigió al punto del mapa marcado con una X.
Lorena salió de clase, recorrió el estrecho pasillo que llevaba al baño del corredor principal, pasó junto a Noelia, que ni siquiera la miró y se acercó a la puerta de los aseos.
Desde fuera le llegaron las voces de Isabel y Sara.
-Ya, tía, pero es que...
Abrió la puerta y las voces se silenciaron Cuando vieron que era Lorena, Isabel y Sara suspiraron de alivio.
-Te juro que pensaba que era Noelia-Dijo Isabel.
-Bueno, somos bastante parecidas en el blanco de los ojos-Comentó Lorena.
-Pues últimamente parece que os habéis hecho muy amiguitas-Intervino Sara.
-No es eso. Sabes que nos odiamos, y más después de los globales del año pasado. Le he regalado unos zapatos con chinchetas dentro, y en la carta le explico lo cómodos que son.
Sara e Isabel se echaron a reír.
-Hablando de regalos...-Dijo Sara.
Sara abrazó a Lorena.
-Gracias. Es lo mejor que podías haberme dado. Iré en Navidad, te lo prometo. Quiero conocerles. Quiero saber quienes son mis padres.
-No hay de qué. ¿Qué pasa, Isa? ¿No te alegras? -preguntó Lorena.
Isabel estaba triste.
-Te tengo que contar algo. Este verano, en fiestas quien tú sabes se tiró a tres chavalas. Y encima, sus amigos me dieron su supuesto móvil pero resultó que no era el suyo.
Lorena la miró con preocupación.
-Lo siento muchísimo ¿Le quemamos la chaqueta? -Preguntó a Isabel.
La chica negó con la cabeza, sacó de la mochila el regalo rosa con ositos, ya abierto, y extrajo de él una chaqueta azul del colegio demasiado ancha y larga como para pertenecer a una chica. La abrazó.
-No. Quiero quedármela. ¿Sabes? Me pidió salir-Dijo Isabel.
-¡¿Qué?! -Exclamó emocionada Lorena.
-Sí, me lo encontré todo borracho haciendo eses por la plaza del quiosco, estuve un rato con él, hablando, para que no se durmiera, y me pidió salir. Pero de rollo.
-Oh, no... -Dijo Lorena- Pedazo de algo tontorrón... ¿Quemamos su chaqueta?
Al triste rostro de Isabel asomó una sonrisa.
-Cambiando de tema... -Intervino Sara- ¿Qué te parece el nuevo, eh, Lore?
Lorena se sonrojó. Isabel abrió repentinamente los ojos, como si se hubiera dado cuenta de algo.
-¡Es verdad! Ahora que lo dices, ¡Es su tipo! Y parece majo... - Comentó Isabel.
Lorena rió.
-Venga, chicas, tampoco es para tanto. Además, le he caído mal. Y él tampoco es tan majo, o por lo menos no lo ha demostrado.
-¡Qué va! Es muy majo. Ya verás. Este curso hay que liarles, ¿Eh, Sara?- Contradijo Isabel- Venga, vamos a ver si lo pillamos allí-Añadió la rubia tirando del brazo de Sara para sacarla del baño.
-Te gusta-Afirmó Sara con una sonrisa pícara titilando en sus ojos negros mientras se dejaba arrastrar fuera del baño.
La puerta se cerró y la luz de apagó. Lorena se quedó sola en la oscuridad.
-Me gusta, sí-Murmuró la chica.




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Bill exhaló la última calada de su chesterfield y tiró la colilla por la ventana. Se encontraba en una clase de 60 pupitres, alineados en filas de dos en dos. Bill no sabía muy bien dónde sentarse. Nadie, en los grupos que formaban los 57 alumnos que había en clase, le había dirigido la palabra. Se dedicaban a mirarle con suspicacia, curiosidad, desinterés, o pena, y a cuchichear entre ellos.
Volvía a estar solo en medio de un montón de gente. ¿Qué podía hacer?

Código:

http://es.youtube.com/watch?v=sIyAovhWQGs&feature=related

Le encantaba esa canción.
-¿Tienes fuego? -Le sorprendió una voz a su espalda.
Noelia sostenía entre sus labios un cigarrillo sin encender, a escasa distancia de él. Tanto era así que Bill pudo oler un perfume dulzón que, sospechaba, provenía del escote de la chica.
Bill comenzó a sacar el mechero, pero en ese momento entró por la puerta una mujer joven de aspecto vigoroso que andaba como si cada paso que diera pretendiera aplastar algún escurridizo ser vivo.
La mujer cerró la puerta, fue hasta la mesa del profesor, sacó de un cajón un libro de lengua castellana, se sentó pesadamente en la silla, miró a Noelia y a Bill y se puso roja.
-Chicos, la clase va a empezar.
Bill ocupó el pupitre de al lado de Noelia. La chica le sonrió.
Lorena entró a clase disculpándose, fue a la mesa del profesor y le entregó un impreso.
-Perdón por llegar tarde. Me he encontrado a la directora y me ha dicho que te de esto.
-Ah, las listas. Bien, bien. Siéntate. Por favor, abrid el libro por la página 56. El léxico. ¿Quieres leer, Sara?
Sara comenzó a leer.
Tras media hora, la profesora interrumpió su lectura y comenzó a explicar:
-Mirad, chicos, es importante saber que el sintagma nominal forma parte de la oración simple, Y claro, no está en casi ninguna otra parte. Me explico: el sintagma nominal es como si fuera una pequeña pieza de un reloj, que sin lo demás no funciona, pero que está tan dentro que no lo vemos a simple vista, pues eso es el sintagma nominal. Supongo que ya lo sabíais. Y como dice en el libro, sus funciones son varias. En primer lugar...
La robusta mujer mantenía la vista baja y usaba un tono de voz monótono y suave. Su voz era aguda y susurrante, perfecta para conseguir que un niño duerma.
A los 10 minutos, Bill, Sara e Isabel cabeceaban. Noelia se dedicaba a acicalarse las uñas mientras retorcía un mechón de pelo entre un dedo y simulaba atender.
Isabel tenía ya los ojos cerrados y respiraba con regularidad cuando la profesora interrumpió su cháchara. Sara se sobresaltó al oír la voz de Lorena.
-¿En el orden normal, de oración compuesta subordinada a cada uno de los componentes del sintagma nominal?
-Sí. Ten en cuenta que...- Siguió la profesora.
Noelia le pasó a Bill una nota en la que ponía “A las 8 en la cafetería”. Miró a la chica, que le guiñó uno de sus preciosos ojos verdes.
Lorena sacó un vaso de café y se lo pasó a Isabel disimuladamente. Isabel lo cogió con una sonrisa. Sara pidió un sorbo por señas, y la chica le pasó el vaso. De pronto tuvo una idea. Bebió y luego puso el vaso en la mesa de detrás; la de Bill. Tras eso, le guiñó un ojo al chico.
Bill enrojeció, pero aceptó el café.
Al finalizar la clase, Sara entretuvo a Lorena hasta que salieron todos. Después, le dio el vaso vacío.
-Ha plantado sus labios en él, imagino que querrás tenerlo. -Comentó con picardía
Lorena enrojeció levemente, se dio cuenta de que enrojecía y le dio la espalda a Sara para tirar le vaso a la basura.
-Quién diría que es a mí a quien le gusta-Comentó la chica.
-¡Lo admites!
-¡Qué voy a admitir ni qué leches! Anda, largando, que vamos a llegar tarde a Mates-Se defendió Lorena.
Al final de la mañana las clases acabaron. Como todos los viernes, los alumnos se alegraron de que en su instituto no hubiera clase por la tarde los viernes. Algunos se fueron a comer juntos para contarse lo que habían hecho en verano y quejarse de que la profesora de Latín les pusiera tarea. Otros salieron de juerga para celebrar el fin del segundo día de clase y el principio del fin de semana. Y Bill, el chico nuevo, siguió siendo un desconocido.

IV
Eran las 8:15 de la tarde y la lluvia caía torrencialmente. Los cristales de la cafetería de al lado del colegio estaban empanados y surcado por algún que otro reguero de gotas. Era un lugar íntimo. La sala era rectangular, mucho más larga que ancha. La barra se extendía todo al lo largo de la sala, tenuemente iluminada por algún farol de estilo antiguo. Había como mucho cinco mesas dispuestas en el poco espacio que dejaba la barra del bar. Y solo una daba a la cristalería de la cafetería.
Todas estaban ocupadas como cabría esperar en una lluviosa tarde de viernes. Sin embargo, alguna silla en la barra aún quedaba libre. Libre, para que Noelia se hiciera con ella.
La chica pidió un vermú y miro su reloj. Las ocho y diecisiete. Suspiró y se entretuvo viendo en la televisión, colgada en el otro extremo de la cafetería, “¿quieres ser millonario?”
había terminado ya su vermú cuando se le acercó u n chico al que no esperaba ver.
-Hola, guapa cuánto tiempo sin verte ¡Un “marianico”!-Pidió al camarero.
-Vaya, Jorge, ¿Qué haces tú aquí? -Contestó Noelia con una sonrisa.
-alegrarme la vista con ese cuerpazo que tienes ¿Y tú?-Sonrió Jorge.
-¿Yo? -Enrolló un dedo al húmedo cordón de la capucha de la chaqueta negra de Jorge-Nada especial. Charlar con un viejo amigo-Enrolló algo más el cordón al dedo.
-¿Sólo amigo? -Protestó Jorge.
-Sí solo amigo. Pero una migo íntimo. -El cordón di varias vueltas más a su dedo y comenzó a tira de Jorge-Un amigo muy íntimo.
-Con todo lo que hice por ti, y me llamas amigo.
Noelia dejó de dar vueltas al cordón.
-¿Tirarte a otra tía, quieres decir?-Le incriminó Noelia.
-intentar tirármela. -Corrigió Jorge-¡Porque tú me lo pediste!
-¿Y disfrutaste?-Preguntó con voz sensual Noelia.
Jorge rodeó la cintura de la chica con un brazo.
-Habría disfrutado más contigo. Claro que... Aún estamos a tiempo.
Noelia se deshizo del cordón de Jorge y empujó al chico.
-Quizá en otra ocasión. -Dijo la chica mientras bajaba de la silla y se dirigía a la puerta.

¡SEH! ¡Otra vez dando la lata! Y esta vez además, toca "peazo" laaaargo y aburrido. Pero supongo que me perdonaréis, ¿no?
De todas formas, esta parte no es fundamental. Se puede seguir la historia sin leer tooooda esta descripción.
Pero me pareció que era necesaria. Creo que ayudará a conocer un poco más a los personajes, y fijarlos.
Sé que no vais a disfrutar de la lectura, al menos no tanto como en otras partes, así que...
Que os sea leve^^

Lorena llegó a casa. Su hogar era un piso de dos niveles. La puerta de entrada se encontraba en el inferior, y daba a un recibidor pequeño y cuadrado con un armario de madera donde metió su abrigo. A mano derecha se hallaba la puerta de entrada a la sala de estar, por la que se filtraba la luz intermintente de la televisión. Lorena se asomó.
La sala de estar tenía paredes color anís, pero carecía de ventanas. Era amplia. En el centro tenía una mesa de té sobre la que había un vaso de whisky volcado y hielos derritiéndose, rodeada de cómodos sillones. La cabeza de su madre asomaba, caída y despeinada, en el respaldo de uno de ellos. Frente a ella había una estantería de madera pegada a la pared, rellenada de enciclopedias viejas, discos, revistas y la televisión, sintonizando un programa del corazón sin volumen. Máscaras africanas colgaban de la pared.
Lorena bajó la mirada y fue hacia la puerta a mano izquierda: la habitación de su madre. Estaba en penumbra. La ventana, que ocupaba todo un lado del cuarto, tenía la persiana bajada. Lorena la subió y la abrió de par en par. Una ráfaga de aire fresco fluyó hacia la habitación. La cama, con la cabecera pegada a la pared frente a la puerta, estaba deshecha. El armario empotrado, a la izquierda, revuelto. Lo único que parecía salvarse del desorden era la mesilla de noche. Lorena ordenó el armario y buscó sábanas limpias. Hizo la cama, y salió de la habitación con medio cuerpo oculto por las sábanas y la ropa sucia.
Entró en el recibidor y fue hacia el pasillo, frente a la puerta de salida. A mano derecha había una puerta que daba a la sala de estar, por la que también se filtraba la luz intermitente de la televisión. Al fondo estaban las escaleras. Subió por ellas. Al llegar arriba, la pared la recibió como siempre, con una sonrisa que había pintando en ella cuando era pequeña. A la derecha, sobre la sala de estar, estaba su cuarto. Más allá, el desván de paredes recubiertas de azulejos oscuros, que hacía las veces de segundo baño y era donde tenían la lavadora. Dejó lo que llevaba junto a ella y puso una colada con ropa negra. Junto a la lavadora, en la esquina, había una ducha de pequeño tamaño, que en vez de paredes tenía cortinas con fresas. Bajó la tapa del retrete, frente a la ducha, y tiró de la cadena antes de salir. No le gustaba ver cigarrillos navegando.
Entró en su cuarto. Todo el que entraba se quedaba asombrado. Estaba dividido en dos. Una litera y un armario hacían de barrera entre las dos partes. La parte a la que daba la puerta estaba vacía, y tenía el suelo y una pared acolchados. La litera y el armario daban la espalda a esa parte. El resto de las paredes y el techo estaban recubiertos de hueveras, para insonorizar. Había que subir por encima de la litera para llegar al otro lado, aunque no era difícil, porque el suelo rebotaba. En la otra parte estaba la ventana, de dimensiones iguales a la del cuarto de su madre y una mesa con un ordenador siempre encendido y cajones atiborrados de libros, junto a la cual había un amplificador pequeño, un micrófono, una guitarra y su mochila. Lorena se fue directamente al armario y se puso un chándal. Pasó por encima de su cama, bajó al piso inferior, y entró en el primer cuarto a la derecha después de bajar las escaleras, al lado del de su madre: la cocina.
Era lo más pequeño de la casa. Había un fregadero limpio con un trapo húmedo, un horno sobre el que estaba la cocina de gas, y una larga estantería colgada sobre todo ello, donde había desde cazuelas hasta cucharillas. En la esquina, un frigorífico con congelador estaba en frente de una pequeña mesa que obstaculizaba el paso. Al lado, una pequeña ventana, abierta, que daba al patio interior del edificio, refrescaba la cocina.
Lorena se hizo con el trapo y fue a la sala de estar.
Su madre, de la que había heredado los ojos castaños, el pelo en bucles, la piel pálida y los muslos rellenos, dormía en el sofá. Un hilo de baba le manchaba la bata. Tenía las piernas exageradamente separadas. Agarraba una botella de whisky entre ellas. Curiosamente, no se había derramado. Su madre debía de haber ganado experiencia en sus últimos 6 años de borracheras de fin de semana.
Con cuidado de no despertarla, Lorena le quitó la botella y la dejó sobre el suelo firme. Recogió el vaso que había sobre la mesa, lo limpió y lo dejó junto a la botella. Cogió un hielo de la mesa y, mientras limpiaba el desastre del suelo del charco de whisky y hielo, lo masticó. Cuando terminó, limpió el trapo en la cocina, volvió a la sala de estar, apagó la televisión, miró a su madre, y le limpió la baba de la bata con el trapo. Eso la despertó.
Su madre la miró con el entrecejo fruncido y cara de confusión.
-Las Dos de la mañana.-Contestó Lorena antes de que le preguntara.
La mujer asintió y miró a todos lados.
-Whisky recogido.-Contestó, de nuevo, Lorena.
-¿Y... ?
-Ropa lavando. Y sábanas.
La madre de Lorena pareció despertar por completo.
-¿Qué quieres pedirme?-Preguntó con suspicacia.
Lorena sonrió.
-¿Yo? Nada-mintió exageradamente Lorena-Si siempre soy tan buena hija.
-Ya-Contestó sarcásticamente su madre-Sea lo que sea, si vale más de 1000 € se lo pides a tu padre.
La mujer se levantó y fue hacia la cocina. Lorena la siguió.
-¿Y por qué iba a querer yo cosas tan caras?
-¡Ajá! Así que sí que quieres algo...-La descubrió su madre.
-Bueno, sí. Pero no es algo material.
-Así que se supone que no me va a costar nada, ¿no?
-Exacto. De hecho, ni siquiera lo notarás.
La madre de Lorena cogió helado del congelador.
-¿El qué?
-Pues... dentro de un mes es el cumple de Sara.
-Hay dios-Se asustó su madre-¿Qué le quieres comprar?
-Nada, ya le he dado el regalo.
-¿Entonces?
-Pues... verás, ese fin de semana, dentro de cuatro semanas... tú tienes la convención ¿no?
-Sí, ¿Por... ?-La expresión de su madre cambió rápidamente de resignación a amenaza-Ni hablar.
-¡Pero si no lo vas a notar!
-No.
-¡Lo recogeremos todo!
-Ni recogiendo. No pienso tolerar una fiesta adolescente en mi casa sin estar yo presente o disponible. ¿Y si ocurre algo?
-Pues llamamos a la policía o a los padres de Sara o Isa...
-...Y armar jaleo.
-¡Qué va! Eso después de intentar solucionarlo nosotras...
-Hecho el estropicio, llamáis para que os lo solucionen-Intervino sarcásticamente su madre.
-¡Pero si no va a haber ningún estropicio!... Dame un poco de helado, anda...
Su madre le pasó un plato de helado de vainilla.
-Sólo con una condición.
Lorena la miró expectante.
-Ni drogas, ni sexo, ni alcohol.
-Eso son tres condiciones.
-Pues con tres condiciones. Esas.
-¿Y cómo quieres que estemos sin sexo, tres chicas tan amigas!
-¿QUÉ?-Se escandalizó su madre.
-Es broma, es broma-Rió Lorena-Acepto las condiciones. De todas formas, iba a ser una fiesta íntima...
Lorena sacó el móvil y mandó varios sms.
-¿Aceptas público masculino?
La madre de Lorena la miró con desaprobación.
-Bueno, mientras no haya sexo... Pero cuidadín, ¿eh?
-Sí, sí...
Lorena siguió con el móvil. Su madre se bebió una botella entera de agua.
-¿Qué tal el cole?
-Normal, como siempre.
-¿Tienes tarea?
-Hecha.
-Pues estudia.
-¿A las 2: 36 de la mañana?
-Te levantas mañana temprano y estudias.
-Lo que tú digas... Me voy a la cama.
Lorena fue a su cuarto, se hizo con su camisón y algo de ropa interior al azar y fue al baño. Sacó la colada negra y puso la de color, junto con su ropa.
Ya lleva 6 años así. Si sigue bebiendo, a este ritmo no durará mucho. Y no ayudó el libro que le regalé por su cumpleaños (lo tiró sin leerlo), ni la charla hija-madre (acabamos gritándonos), ni esconderle el alcohol (compró más), ni desaparecer de casa (ni siquiera se enteró) ni el boicot de tareas de la casa (aquí estoy, claudicando y haciéndolas otra vez)... ¿Qué puedo hacer? Voy a quedarme sin madre.
Como me quedé sin amiga.
Evocó una calle oscura. La embriaguez hacía que las luces de las farolas titilaran románticamente, y había silencio, roto tan sólo por la respiración de Noelia en su cuello. Estaban solas. Solas, después de todo el barullo del bar, en medio de la noche de verano. Noelia la había rescatado otra vez, y la llevaba a casa.
-Te quiero.
-Yo también te quiero muuucho. Eresh mi mejor amiga.
-Lore... no te quiero como a una amiga.
Los labios de Noelia sabían a malibú con piña.
-¿?
De pronto un chico las apartó. Era el primer novio de Lorena.
-¡Déjala en paz, puñetera tortillera!
No hice nada. ¿Por qué no hice algo? El chico descargó un puñetazo atroz. Noelia huyó con un ojo morado.
-Me las pagarás. Vas a ver cómo me llevo, uno a uno, a todos los tíos que te gusten. Si no eres mía, no serás de nadie.

Entró en la ducha. Giró el grifo.
Mientras el agua fría caía sobre su cuello, mientras la piel se le ponía de gallina, mientras el cansancio se apoderaba de ella, cerró los ojos y deseó morir.

Estos últimos días de clase han sido una auténtica pérdida de tiempo. En la gran mayoría de las asignaturas ya habíamos acabado con el temario, así que los profesores se han dedicado a "darnos la chapa" y, si había suerte, algo más entretenido como repasar.
Lógicamente, no me he dedicado precisamente a escuchar chapas. Pero tampoco podía ponerme a escribir como es debido en medio de la clase. Por eso, he hecho algo un poco más distendido.

En un foro de literatura, encontré unas pistas para jóvenes escritores. Para los interesados, éste es el Link:

Código:

http://lauragallego.com/phpBB2/viewtopic.php?t=29501&postdays=0&postorder=asc&start=0

En un apartado decía cómo crear personajes. Me ha parecido interesante hacer las fichas de mis propios personajes, y, llegados a este punto tan aburrido del relato, creo que es agradable ver algo un poco más distendido, así que, aquí las pongo.

Iré poniéndolas todas poco a poco. Que disfrutéis^^



BILL

Parte 1: Lo Básico

1. ¿Cuál es su nombre completo?
Guillermo Greiffenstein Olivar
2. ¿Dónde y cuándo nació?
17 Octubre 1990 Munich (Alemania, un año después de la caída del muro de Berlín)
3. ¿Quienes son o eran sus padres? (nombres, profesiones, personalidad...)
Padre: Benjamin Greiffenstein, ejecutivo administrativo. Director de cines. Afable, irresponsable, creativo y cálido.
Mdre: Marta Olivar. Secretaria y enfermera. Responsable, seria, y cálida.
4. ¿Tiene hermanos? ¿Cómo son?
No, es hijo único.
5. ¿Dónde vive ahora y con quién? Describe el lugar y las personas que viven con él.
Con su padre en una ciudad indeterminada de la costa mediterránea. Tiene dos residencias; una en la ciudad, es un piso pequeño de una habitación, con baño. La utiliza a diario para ir al colegio y quedarse los fines de semana, cuando quiere.
6. ¿A qué se dedica?
Es estudiante. De 1º de bachiller.
7. Escribe una descripción completa sobre él. Debes considerar altura, peso, raza, color de pelo, ojos y tatoos, cicatrices o cualquier otra marca que le diferencie.
Em... No me matéis!!!
La persona en la que está inspirada es Bill Kaulitz;


Peeero... es un poco diferente de él. Tened en cuenta que no dibujo!! Es sólo para hacerse a la idea. He aquí una idea aproximada de él:




8. ¿A qué clase social pertenece?
Clase Media-Alta
9. ¿Tiene alergias, enfermedades u otras debilidades físicas?
Hay posibilidad de que tenga osteoporosis porque tiene antecedentes genéticos, pero en este momento, está sano como un roble. ¿A que parece más real cuando le pones este tipo de chorradas?
10. ¿Es diestro o zurdo?
Diestro
11. ¿Cómo suena su voz?
Tiene voz de tenor (como la del doblador en España de Jack Sparrow de aguda), apagada, y algo rasgada.
12. ¿Qué frases o palabras usa con frecuencia?
"No jod** ", "interesante", "venga ya", "Fuego/fuego mío" (apelativo cariñoso)[/orange]
13. ¿Qué lleva en sus bolsillos?
llaves, tabaco, mobil, una pequeña caja metálica con gomina, lapiz de ojos, y la cartera, que incluye; más o menos 20 €, DNI, tarjeta sanitaria y dos condones.[color=orange] alguien se ha escandalizado con lo de los dos condones?
14. ¿Tiene tics, manías, hábitos extraños u otras características que le definan?
Desgastar gomas frotándolas en el pantalón cuando reflexiona y fumar.

Parte 2: Crecimiento

15. ¿Cómo describirías su infancia en general?
CENSURADO
16. ¿Cuál es su recuerdo más temprano?
CENSURADO
17. ¿Qué estudios tiene?
CENSURADO
18. ¿Lo pasaba bien en la escuela?
CENSURADO
19. ¿Donde aprendió sus habilidades?
CENSURADO
20. ¿Tuvo modelos a los que seguir en su infancia o adolescencia? Descríbelos.[/font]
En su infancia, su padre, su madre, su tío Bill, un tipo raro a lo cocodrilo dandee, y su tía Ofelia, una tipa rara fascinada por la música.
Durante la adolescencia, sus amigos siniestros, en especial, PDtwo (Pedechu! XD), un punky siniestro enfadado con el mundo y la vida que se daba a las drogas y protestaba contra el modelo educativo no yendo a clase.

21. Al crecer... ¿Qué tipo de relación mantuvo con los miembros de su familia?
CENSURADO
22. ¿Qué quería ser cuando fuera mayor, de pequeño?
cantante de un exitoso grupo de rock de los 80
23. ¿Cuáles eran sus actividades favoritas de pequeño?
le gustaba mucho su teclado de juguete
24. ¿Qué rasgos de personalidad tenía cuando era niño?
Era muy travieso y extrovertido. Sonreía inocente después de hacer una trastada, pero aceptaba el castigo.
25. ¿Fue popular de niño? ¿Quiénes eran sus amigos y cómo eran?
fue popular.
Amigos: Greivin, rubio ario un poco hosco, Pablo, inmigrante italiano, travieso y la cabeza del grupo de amigos, y Guille, la razón por la cual empezaron a llamarle Bill. Era n tipo un poco introvertido, pero majo.
26. ¿Cuándo y cómo fue su primer beso?
En gimnasia, aprendiendo a nadar. Una chica de su clase quería experimentar lo que había visto en una telenovela y le obligó a hacerlo. No le gustó: la chica era fea y el beso le supo a cloro.
27. ¿Es virgen? ¿Importa?

• carácter
Cambios de humor, creatividad, responsablilidad (de vez en cuando XD)
• creencias religiosas o morales
Le enseñaron a ser católico pero está más de acuerdo con el protestantismo, aunque sigue dudando.
• creencias políticas
De izquierdas
• aficiones
CENSURADO
• hábitos
CENSURADO
• rasgos de salud
CENSURADO
• manías o excentricidades
...
• gustos y disgustos
CENSURADO
• miedos o fobias
CENSURADO
• objetivos a corto y largo plazo
CENSURADO
• sueños y esperanzas
Perdidos.

Bueno, ya está hecho. Conste que los dibujos son provisionales hasta que encuentre un dibujante decente a quien sobornar. Pero mejor que describir... ¿o no?
En fin, espero que os ayuden a fijar personajes. ^^ Buena suerte con los exámenes!

Seguimos con las presentaciones! No pienso avanzar en la historia mientras estéis todos de exámenes (incluida yo ), pero puede ser entretenido poner las fichas.

Lorena


Parte 1: Lo Básico

1. ¿Cuál es su nombre completo?
Lorena Alférez Elcarte
2. ¿Dónde y cuándo nació?
Valencia, 14 Junio 1990
3. ¿Quienes son o eran sus padres? (nombres, profesiones, personalidad...)
Están separados. Creo que el resto de los padres están casados
Manuel Alférez: Empresario, administrativo y crítico de Arte. Mujeriego, solitario, amable y generoso.
Eunacia Elcarte: Bailarina, pintora, escultora, crítica de arte y profesora de filosofía.
4. ¿Tiene hermanos? ¿Cómo son?
Es hija única
5. ¿Dónde vive ahora y con quién? Describe el lugar y las personas que viven con él.
¿Me lo parece a mi o ya he puesto esto en algún sitio? Hum, tengo un dejavù... ¡Ah no! No era un Dejavù! Está en la gigantesca descripción del tochón en blanco del post anterior. Como para copiar y pegar... puf! Pasapalabra
6. ¿A qué se dedica? Es estudiante
7. Escribe una descripción completa sobre él. Debes considerar altura, peso, raza, color de pelo, ojos y tatoos, cicatrices o cualquier otra marca que le diferencie.

En fin, parece que no me vais a asesisnar. Espero que esto no trascienda.
Ver Imagen: http://s1.subirimagenes.com/fotos/previo/thump_562125img014.jpg
8. ¿A qué clase social pertenece?
Clase media
9. ¿Tiene alergias, enfermedades u otras debilidades físicas?[/b
Hay grandes probabilidades de que desarrolle anemia. También suele pescar todo tipo de catarros y gripes. De vez en cuando pasa por crisis nerviosas y tiene que tomar pastillas. Además, toma pastillas anticonceptivas para regular la regla, aunque todo ello lo hace con discreción.
[b]10. ¿Es diestro o zurdo? Diestra
11. ¿Cómo suena su voz?Es de soprano, aunque ligeramente grave. La voz de Nana.
http://es.youtube.com/watch?v=V5RUJtp9BZ4

12. ¿Qué frases o palabras usa con frecuencia?
Citas de los simpson, y de canciones que le gustan. En especial "Excelente" de Burns.
13. ¿Qué lleva en sus bolsillos?
Llaves, pañuelos, tohallitas húmedas, tampax y/o compresa, tiritas, mp4 y cartera con carnet de identidad, tarjeta sanitaria y más o menos 20 €
14. ¿Tiene tics, manías, hábitos extraños u otras características que le definan?Tendencia a la soledad, posturas al sentarse, corrección ortográfica en los sms, y darle vueltas sobre el pulgar a los bolígrafos.

Parte 2: Crecimiento

15. ¿Cómo describirías su infancia en general?
Difícil. Sus padres la educaron para ser intransigente y se volvió una niña sola e introverida.
16. ¿Cuál es su recuerdo más temprano? El primer día de clase en infantil: se sentó al lado de Noelia y ella le vomitó encima.
17. ¿Qué estudios tiene?
Empieza 1º de bachiller.
Con lo que respecta a la música: guitarra, bajo, y batería. Se lo enseñó Jorge.
18. ¿Lo pasaba bien en la escuela?
Tuvo sus etapas. En infantil, mal. En primaria, rompió con todo lo que sus padres le habían enseñado y buscó su propio "camino de la vida". Eso la hizo profundizar en sí misma y en los demás. En la ESO se acercó más a Noelia y ocurrió lo que ocurrió... ¿?
19. ¿Donde aprendió sus habilidades?
En los ensayos, con Jorge.
20. ¿Tuvo modelos a los que seguir en su infancia o adolescencia? Descríbelos.
Sus padres, algún profesor del que no se acuerda y en su mayoría, personajes de animes y músicos ilustres.
21. Al crecer... ¿Qué tipo de relación mantuvo con los miembros de su familia?
Mala. Sus padres eran todo lo contrario a una familia tradicional; su padre, mujeriego empedernido, se separó de su madre y sólo se veían una o dos veces al año. Cada vez aparecía con una mujer diferente. Su madre se dio al alcohol.
Tras su etapa de rebeldía, Lorena dejó de llevarse bien con sus padres.
Siempre la educaron muy estrictamente, temiendo que se convirtiera en ellos mismos.
Como sus padres eran tan "rompedores", no se llevaban bien con sus abuelos. Lorena no les conoce.
22. ¿Qué quería ser cuando fuera mayor, de pequeño?
Cuando era muy pequeña, quería ser como su madre. Después, quiso ser guitarrista de un grupo de rock de los 80.
23. ¿Cuáles eran sus actividades favoritas de pequeño?
Pintar, hacer el indio con máscaras africanas (que aún cuelgan de las paredes del salón de su casa), y ver dibujos de disney.
24. ¿Qué rasgos de personalidad tenía cuando era niño?
Introvertida, cortante, pero reflexiva.
25. ¿Fue popular de niño? ¿Quiénes eran sus amigos y cómo eran?
Era admirada. Pero no tenía amigos. Imponía respeto. El resto de sus compañeros de clase pensaban que era "guay": solitaria, misteriosa, y elegante. Las chicas copiaban la manera en que vestía, y tenía un gran poder para mover masas.
Pero realmente, no tenía amigos.
26. ¿Cuándo y cómo fue su primer beso?
Una noche de borrachera, en una taberna de mala muerte. Apenas lo recuerda.

• carácter
Cambios de humor, creatividad, excentricidades varias.
• creencias religiosas o morales
Se inclina más hacia lo moral que hacia lo religioso, porque la gran mayoría de las religiones le exigen creer algo que ella considera fantasías.
• creencias políticas
de izquierdas
• aficiones
la musica (componer, tocar, y escuchar) el baile y la lectura
• hábitos
nada fuera de lo común
• rasgos de salud
debilidad. Pasa por grandes crisis
• manías o excentricidades
... muchas.
• gustos y disgustos
...
• miedos o fobias
dinosaurios (traumatizada por Jurasic Park)
• objetivos a corto y largo plazo
Darle a Jorge su merecido, conseguir que Luis e Isabel salgan juntos, que Sara conozca a sus padres, terminar bachiller y estudiar audiovisuales en la universidad
• sueños y esperanzas
Ser compositora de canciones de los 80, heroína en un manga, ser libre...

Sus labios desbocados recibían mordiscos. No paraban, ni querían parar. Sara y Aritz estaban completamente sincronizados. Pararon para respirar.
Aritz tenía las manos apoyadas en la pared del portal, a ambos lados de Sara. Sara las tenía metidas en los bolsillos de él.
-A este paso se va a dar cuenta todo el vecindario de que salimos juntos-Hizo notar Sara.
Aritz pegó la boca al cuello de ella y besó su piel con furia hasta dejarle un muerdo.
-Ale, pues si se enteran, que se enteren. Total, no tienes ninguna admiradora viviendo por aquí ¿a que no?
-Si, la viejecilla de Juana. No sabes cómo le da al heavy.
-Claro, claro, los viejos rockeros nunca mueren. Tendrá un pacto con el diablo...
-Y qué, ¿me vas a hacer vampira? Son las cuatro...
-Hay dios... ¿no tenías toque de queda a la 1?
-Ha sido el tráfico, que a estas horas...
La voz profunda de Aritz ronroneó en su cuello, y se estremeció.
-¿Por qué llevas las baquetas en el bolsillo? Cualquiera diría que te ha dado por ser Harry Potter, siempre con las varitas...
-Ensayo. Si me las dejo en el estudio, desaparecen. Y se suponía que hoy sólo íbamos a estar un rato...
-ostras, ¿Ensayas los viernes también? Llevas toda la semana igual.
-Mañana no. Y pasado tampoco. El sábado que viene tenemos concierto, por eso hemos estado ensayando toda la semana. ¿Vendrás, no? Puede ser el último...
-¿Qué? ¿Cómo que el último?
-Nah, este verano ha sido bastante malo. Noelia no le ha pillado el punto al micro, y claro, sonamos peor. Los del Game Over han dicho que o les damos algo de calidad el sábado que viene, o nos quedamos sin escenario. Adiós contrato. Así que...
-Estáis ensayando como locos. ¿Qué tal lo llevas?
-Pues... un poco mal. Tengo los brazos hechos polvo.
-Entonces... -Sara pasó las manos por los hombros de Aritz, masajeándolos.-Me largo a casa y te dejo dormir. Mañana hazme una perdida ¿vale?
Aritz contestó con un “Hum” de asentimiento. La besó.
-Vente al concierto el sábado que viene, ¿eh? -Dijo el chico antes de que las puertas del ascensor se cerraran.
-¿Yo sola? -Hablaba para sí misma Sara en el ascensor- Si hombre... con Jorge rondando por allí. No, no. Me llevo a Isa y a Lore, aunque tenga que arrastrarlas. Aunque después de lo que pasó en los globales... igual Lore no quiere venir. Una caquita. No se va a encontrar con ellos. Sólo tenemos que quedarnos en una esquina con un par de cubatas y ya está. Igual le entra algún punky y se lían. Le hace falta.
>>Hablando de punkis.. ¿Cómo diantre he acabado así? Saliendo con el de la batería de Cry: Aritz. Mi Aritz. El Aritz desfasado, loco, broncas, vocazas... y tan guapo... Divino, como yo. Por eso hacemos tan buena pareja.
>>A ver si se le pasa la fobia de que las admiradoras se van a suicidar si nos descubren juntos y me deja decírselo a Isa... Aunque si Lorena se entera... igual la arma. Casi mejor que las cosas sigan así.
Las puertas del ascensor se abrieron.
-La que me espera... Tres horas tarde...
A través de la puerta de madera de su casa, se filtraba la tensión. Sara casi podía ver a su padre a través de ella, mordiéndose el mostacho, con los brazos cruzados, esperándola...
Pero eso era algo que podía afrontar. Por una noche más con él...
Suspiró.

El padre de Bill llamó a la puerta con los nudillos de sus manos delicadas y de dedos largos, en los que no había ningún anillo. Una mujer anciana abrió la puerta. Les recibió con una sonrisa. Tenía el pelo casi del todo cano, excepto una franja cerca de la frente, en la mitad de la cabeza.
-Buenas tardes.
-Buenas tardes. ¿Usted es la propietaria de ésta habitación? -Preguntó el padre de Bill, mostrándole un folleto publicitario con la foto del edificio en el que se encontraban.
-Sí, sí. Y usted debe de ser el señor Greiffenstein ¿Lo he dicho bien? Lo siento, es que con los apellidos de fuera, ya sabe...
-No se preocupe. ¿Y usted ...?
-Me llamo Rigoberta. Pues... encantada de conocerles.
-Rigoberta. Entendido. ¿Has oído, Guillermo?-Dijo su padre, volviéndose hacia él con una expresión seria en su mirada marrón azulada.
Bill asintió.
-¿Ah...-Se dirigió a Bill, que se paseaba por el pasillo- este es el chico? Qué guapo. -Se plantó delante del chico y le agarró los mofletes- ¡Pero qué ricura! ¡Si parece una chica de lo guapo que es! Ya verás cómo nos llevamos bien.-Le soltó los mofletes.-Pasen, pasen. ¿Quieren un café, una cocacola, o algo?
-No, no, gracias. -Dijo el padre de Bill entrando en la casa de Rigoberta.
Una vez instalados en unos sofás dentro de una habitación en la que todo parecía hecho o cubierto de tapetes de ganchillo, el padre de Bill y la señora comenzaron a tratar el tema de la visita.
-Pues sí. Resulta que la habitación era de mi nieta, y se ha ido a estudiar a Barcelona, así que ahora no sé qué hacer con ella.
-Eso nos viene muy bien. Nos hemos venido a vivir aquí hace poco. Verá, el verano pasado me hice con el castillo del Virrey, y este año han terminado con las reformas, así que nos hemos venido a vivir.
-¿El viejo torreón ese? Ah, si... he oído que lo vendían por un euro a cambio de que quien lo comprara lo reformase. ¡Pero si está más lejos que ni sé!
-Sí, ese es el problema. A tres cuartos de hora del castillo andando hay una parada de autobús, y la estación de tren está a diez minutos en coche. El problema es que el primer autobús y el primer tren pasan a las 8:30 de la mañana. A mi me da tiempo a llegar al trabajo, pero Bill entra al instituto a las 8 y se tendría que levantar a las 4 y media para llegar a tiempo si le llevara en coche y la gasolina es un despilfarro que se sale de presupuesto. -La anciana asintió comprensiva. -Así que pensamos que lo mejor sería alquilar una habitación para que Bill pudiera llegar entre semana al instituto.
-Muy bien, muy bien. No tiene por qué preocuparse. Le echaré un ojo, de paso.
-No es necesario. No lo parece-Su padre echó una mirada elocuente al pelo peinado como si hubiera metido los dedos en un enchufe, los guantes de cuero de la moto y el collar de pinchos que llevaba su hijo. - pero es muy responsable.
-Ah... y claro, cuanto antes pueda venir, mejor. Ya ha ingresado el dinero en el banco ¿verdad? El viernes me fui. ¿Cuándo vendrá?
-El domingo. Tiene clase a las ocho el lunes.
-Joe, chico, no dices nada. -Dijo la viejecilla dirigiéndose a Bill.
Bill se encogió de hombros.
-Ya lo dice todo mi padre.
-Guillermo...-Dijo en tono de advertencia su padre. Bill le ignoró y guardó silencio.
La anciana rió.
-Tiene razón. Todo lo habla tu padre. ¿Cuántos años tienes?
-17, como usted, ¿no?-Bromeó Bill.
La anciana y su padre se carcajearon.
-Qué chico tan encantador.
Volvieron el domingo. La anciana les condujo escaleras arriba hasta el último piso. Abrió la puerta.
Era un habitáculo pequeño. No podía tener más de 15 metros cuadrados en total. Había un pequeño baño donde cabía justamente una ducha y un retrete, y un cuarto donde había un colchón alargado puesto sobre un tatami, un estante que colgaba de la pared junto a un armario, frente al que estaba la cocina de dos fogones, de gas, entre una lavadora y un fregadero, tras el cual estaba la ventana, que se abría arrastrando el cristal de derecha a izquierda.
Bill dejó los libros y el ordenador portátil sobre la cama y se asomó a la ventana mientras su padre y la anciana discutían algunas rebajas en el precio por ser pequeño y porque él no iba a estar todos los días. Él no les hizo caso. La ciudad entera se extendía a sus pies, desdibujada por una niebla de color anaranjado que teñía el sol poniente, frente a él.
Encendió un pitillo. Su padre no consiguió ninguna rebaja, pero sí añadir un microondas al total de electrodomésticos. Se despidió de él y la anciana le dio unas palmadas en el hombro y susurró:
-Que lo disfrutes,

Buff... No me gusta nada cómo ha quedado este trozo. Parece la bandera de españa Pero qué se le ha a hacer... Menos mal que es cortito.
Que disfrutéis ^^


Isabel bostezó, sentada en las gradas con el chándal del colegio, observando a Sara moverse con gracia y energía al ritmo de la música funky.
-¿Cómo -Preguntó la rubia cuando terminó la canción-puedes hacer eso a las ocho de la mañana, y con el fresco que hace?
-Lo mismo que tú a las 7:30 cantando a pleno pulmón. ¿A quién se le ocurre poner el ensayo del coro a esas horas? ¿No se os rompen los tímpanos?
Empezó otra canción, esta vez un ballet clásico. Sara tomó posición y comenzó a dar saltos por el campo de fútbol de forma curiosamente bella.
Noelia, perfectamente maquillada, llegó a las gradas y se sentó lo más lejos posible de ellas. Las chicas la ignoraron. Al acabar la canción llegó Marta, una chica de pelo castaño oscuro. Se acercó a las chicas a preguntar qué tal les había ido el fin de semana, perfectamente consciente de que Noelia no iba a contestar. Luego llegó Takeshi, un chico chino adoptado, acompañado de Aritz y Luis.
Si Isabel hubiera estado menos embobada se habría dado cuenta de que a Sara se le revolvían las tripas mientras les miraba con aparente desdén y les saludaba.
El grupo más numeroso llegó entonces. Eran los 32 de la optativa de Literatura, que habían acabado más tarde.
La última fue la profesora de Educación Física. Pasó lista y cuando terminó Isa fruncía el ceño.
-Ei...-Dijo a Sara-¿Y Lorena?
-Lo hizo.
-No fastidies-Contestó incrédula Isabel-¿En serio?
-Sí. Resulta que no era broma. Se ha apuntado ella sola a Latín. Y la han dejado. Va a tener clase particular.
-Pero si no había suficiente gente, ¡Sólo está ella! ¡Una clase de una alumna no es una clase!
-Ya, pero los horarios cuadran y como es una optativa más...
-Qué fuerte. Nosotras sudando la gota gorda y ella toda tranquila.
-Sí, va a echar un culo que al nuevo le va a molar lo que yo te diga. Lo de liarles va a ser más difícil de lo que parecía.
-¿Dónde está? Se llamaba Guillermo, ¿no?
-Sí... Pues no le veo. Igual tiene pinta de normal a estas horas. No habrá tocado la gomina hoy. O igual se ha dormido.
-Qué raro. No recuerdo haber oído su nombre cuando ha pasado lista. ¿Preguntamos?
-Vale.
Se acercaron a la profesora, que estaba repartiendo pesas.
-Encarna ¿Sabes si el chico nuevo se ha apuntado a Educación Física?
-¿Quién, el Guillermo Grei-no-sé-qué? No, está-La profesora consultó las listas-]En Latín.

Código:

http://es.youtube.com/watch?v=qpDer9wdUEw

I ain't happy, I'm feeling glad
I got sunshine, in a bag
I'm useless,but not for long
The future is...
Lorena presionaba los auriculares contra sus oídos, sumergida en la triste melodía.

... coming on
I ain't happy, I'm feeling glad
I got sunshine, in a bag

La chica se frotó los ojos. Recordó que tenía que pedirle a Sara el lápiz de ojos y un peine antes del recreo. ¿A quién se le habría ocurrido poner el ensayo del coro a las 7:30 de la mañana? Al parecer con los años los profesores evolucionaban hacia una raza de gallos dictadores. Qué manía con levantarse al amanecer.
I'm useless, but not for long
The future is coming on
It's coming on

¿Coming on? Lo que estaba por llegar en el futuro era una aburrida clase a solas con la única monja de la plantilla.

It's coming on
El aburrimiento, por supuesto.
It's coming on
Una mano de dedos largos, blancos como huesos, con un anillo en el dedo anular del que prendía una piedra de color negro en forma de alargada elipse se plantó en el hombro de Lorena. La chica pegó un bote.
Yeah... Ha Ha!
Notando cómo los mofletes le subían de temperatura, se quitó los auriculares y mientras se daba media vuelta, comenzó una retahíla de excusas:
-Aún no ha dado la hora, así que está permitido escuchar el mp4. Es que esta mañana no me ha dado tiempo a leer las noticias. Tenemos que estar bien informados, lo decís todos los prof... -En mitad de esa frase, Lorena terminó de volverse, de modo que pudo ver que el propietario de esa mano tan elegante NO era Sor María, ni ningún otro profesor- ...Ostras...
Bill levantó una ceja.
-Te he confundido con la monja de Latín -Se disculpó Lorena.
Bill alzó aún más la ceja.
-Vale, no tienes aspecto de monja... -Y no lo tenía: llevaba su pelo oscuro azulado despeinado, con aspecto de haberse secado sin la ayuda de un peine, los ojos pintados con lápiz negro, algo corrido, las mangas remangadas, la camisa desabotonada, y bajo ella, una camiseta negra con una calavera de Iron Maiden. Le faltaban los pantalones de cuero para ser la viva imagen del Anticristo.
Dejó caer la ceja.
-Te llamabas Bill ¿no?-Intentó cambiar de tema Lorena. El chico asintió, ocupó el pupitre de al lado y colgó la mochila del respaldo de la silla. -¿No te has apuntado a Educación Física?
-No. Prefiero latín.
-Pues- Les interrumpió la voz de Sor María tras ellos- me alegro, jovencito.-La mujer, con andar desvalido, les rodeó, acercó una silla, y se sentó frente a ellos con un cuaderno de hojas amarillentas y un diccionario de latín en el regazo.- Porque vas a traducir mucho este año. Sacad una hoja. -Esperó a que la pareja se moviera- Venga, ¿Qué, estáis dormidos a estas horas de la mañana? Qué juventud... Ale-les animó cuando estuvieron preparados- Copiad; Nominativo...
Al ritmo al que les dictaba Sor María, llenaron cinco folios por ambas caras en los primeros 40 minutos de clase, a letra pequeña y mal hecha. Tras dejarles tres minutos cronometrados para que descansaran la mano (en los cuales le dio tiempo a quejarse de al menos 15 vicios de la juventud actual) les dictó frases sencillas en latín para traducir en casa, hasta que la clase fue invadida por los alumnos de educación física, ya duchados, que iban a por sus libros para la siguiente clase.
-Tenemos clase pasado mañana ¿verdad? Las traéis hechas. Y venid despiertos. No podemos estar a ritmo de tortuga todo el año. -Con esa advertencia, Sor María abandonó la clase.
Bill y Lorena tragaron saliva a la vez, se miraron con cara asustada, y apartaron la vista al mismo tiempo, haciendo muecas de incredulidad.
Lorena era consciente de que eran observados por Isabel y Sara, con caras maliciosas, desde una distancia prudencial. Sus pómulos se tintaron de un color que podría haber pasado por colorete mientras reunía sus folios. Bill apoyó la espalda contra el respaldo por primera vez en toda la mañana, miró los tres folios de frases para traducir, y bufó.
Unas piernas perfectas apenas tapadas por la falda del instituto se interpusieron en su mirada. Alzó la vista hacia su dueña. Noelia hizo un descarado giro de cabeza que apartó sus rizos rojos del escote, se ladeó, cogió la mano de Bill y miró el anillo que llevaba.
-Cómo mola... ¿Me lo regalas?
La memoria de Bill retrocedió un par de días hasta encontrarse con la imagen de unas bragas negras bajo una falda más corta de lo que permitía el reglamento del instituto. Apartó la mano y empujó con toda la delicadeza posible a la chica que se interponía entre la mesa y él. Le dirigió una breve mirada mientras decía:
-No eres mi tipo.
Recogió sus cosas y las metió en desorden en su mochila mientras todos en la clase volvían la mirada hacia él.
-¿Eres Gay?-Le preguntó Noelia con desprecio.
-No es asunto tuyo.
Comenzaron a pulular cuchicheos. Noelia tardó apenas un par de segundos en reaccionar. Puso una mano sobre la mochila de Bill de forma que no pudiera levantarla. Bill frunció el ceño y agarró su muñeca para apartarla. Ella aprovechó el gesto y tiró hacia sí. Él tropezó hacia ella, y al momento siguiente se encontró a sí mismo besándola. Y la chica besaba bien.
Se retiró rápidamente y la apartó, cabreado.
-¿Pero qué jopiluquis haces?
-Pues no, no eres gay. -Sonrió Noelia echando un vistazo a la entrepierna del chico.
Entre los chicos hubo alguna ovación adulando la virilidad del chico, mientras que varios grupos mixtos ponían verde a Noelia, sin importarles que estuviera allí. La susodicha esbozó una sonrisa traviesa, se sentó encima de la mesa de Bill y le preguntó:
-Entonces, ¿Cuáles son tu tipo?
Bill estaba confuso. Insultar a esa chica sería una reacción excesiva. Contestarle sería entrar en su juego. No podía ignorarla, porque se sentía algo tontorrón, como si no se le ocurriera qué hacer, y no quería empezar su fama así en el instituto.
Pero no era el único que buscaba una solución a su dilema.
I'm useless, but not for long
The future is coming on
-Pues las tías como Sara, que están más buenas que tú. -Salió en su defensa Lorena, con un tono desenfadado. - Pero lo siento tío, Sara es mía. ¿Verdad, churri?
Sara, con una ancha sonrisa, se acercó al trío seguida por Isabel, que suspiró de alivio de forma imperceptible.
-Bueno, bueno, eso es relativo. - Dejó constancia la morena. - Ya sabes que mi primera amante siempre es Isa.
Eso bastó para disipar el interés del resto de la clase, que volvió a sus asuntos. No les interesaban las bromas de después.
La citada se ruborizó, se tapó la cara con una mano, negó con la cabeza, y miró entre los dedos a Bill, que seguía algo confuso.
-No les hagas ni caso.
Noelia hizo amago de pegarse a Bill, pero Lorena se puso en medio.
-Te llaman. -Dejó constancia la chica, haciendo un gesto con la cabeza a un profesor con cara de amargado que, como salido de la nada, se dirigía hacia Noelia.
La pelirroja frunció los labios, dirigió una mirada de odio a Lorena que dejaba constancia de que eso sólo era el principio, y salió con el profesor de la clase.

Qué pereza da escribir con el calor. Menos mal que refresca por las noches. En fin, he tardado tanto en volver a subir... a parte de por pereza... porque me ha dado la GRAN venada de frikismo y me he puesto a componer canciones. He intentado hacerlas desde el punto de vista de los personajes, pero en fin... no esperéis milagros. El único instrumento que domino es la flauta XD, y espero haberme defendido con el teclado de juguete XD. Las canciones aún necesitan retoques, requetetoques y más retoques, pero puede que las suba. Me da muuuuucha pereza hacer las partituras T.T
Pues lo de siempre; Disfrutad de la lectura

Por suerte, la profesora de Historia se asomó a la puerta de clase para buscarles, y en su presencia, el orden y el silencio se impusieron. El grupo de alto nivel, salvo Noelia, a quien el profesor había obligado a ir a la sala de profesores a por una bata para cubrir su escandaloso atuendo, se dirigió en silencio hacia su aula.
Todo alumno normal huía de ellos en los pasillos. Los pensamientos de Lorena giraban en torno a que era una suerte que tocara Historia. La profesora era la única que imponía respeto a Noelia, y la mantendría controlada un rato. Bill debía de estar aturdido. Un descanso no le vendía mal. Era cierto que aquella mujer, tan alta, tan seria, tan hierática, con sus faldas largas vaporosas y sus botas resonantes a veces daba miedo, pero seguía siendo un ser humano. Tenía gustos y fobias, y se equivocaba al calzarse los calcetines. Puede que fuera demasiado exigente con sus alumnos (he ahí la razón de que sólo diera clase al grupo de alto nivel) pero también los escuchaba y comprendía de una manera que otros profesores no hacían.
Sara, subiendo por las escaleras mientras el resto del alumnado les hacía sitio como si desprendieran radiación, se sentía parte de la élite, de los príncipes del instituto. Por eso debía ser divina. Cualquier muestra de debilidad podía provocar una revolución francesa, y eso no debía permitirse. Escándalos como los de Noelia no debían manchar la reputación de la élite. Había que conseguir que la bajaran de nivel de alguna forma...
Isabel estaba inmersa en sus maravillosos recuerdos. El maravilloso torso de Luis haciendo abdominales, los maravillosos bíceps en las flexiones, su maravilloso pelo rizado por el sudor...
Bill estaba confuso. ¿Por qué huía toda la gente? ¿Tan pronto se había vuelto un bicho raro? Y lo que más le mosqueaba:
-¿Quién era?-Le susurró a su compañera rubia.
Isabel pareció salir del letargo. Se puso roja. ¡No podía ser! ¿El nuevo lee el pensamiento?
-¿Eh?-Decidió hacerse la tonta.
-La pelirroja, que quién era.
-¡Ah! Noelia. Lo siento, sé que nos hemos metido donde no nos llaman, pero... joer, es que a veces, se pasa.
-¿A veces? -El tanga negro flotó delante de él como si realmente estuviera allí.
Isabel sonrió tristemente.
-Lo siento.
Ya en clase, Sara dio un codazo a Lorena y le guiñó un ojo, animándola a contarle lo sucedido en la hora de Latín. Lorena miró al cielo con exasperación y mantuvo la boca cerrada hasta que la profesora abandonó el aula. Oficialmente, había empezado el recreo, y Noelia no había regresado a la clase.
Faltó tiempo para que Sara agarrara a Lorena y a Isabel por el cuello y las arrastrara con destino al baño. Bill se quedó a solas en la clase.
-¡Sara, suelta, quita de aquí!-Protestaban las chicas.
-Qué pasa, amor mío, ¿ya no me quieres?-Dramatizó la aludida.-¿Y eso de que soy tuya?-Añadió con una sonora torta en el culo.-Pues menos mal que no te gusta el chaval. Si llega a gustarte, no sé qué numerito hubieras montado. ¿Le pegarías a Noe?-Añadió con cara maliciosa y esperanzada.
-No. Y ¿Alguien se ha molestado en explicarle que todo eso era una broma? A ver si se va a pensar yo qué sé qué...
-¿Que eres lesbi, por ejemplo? ¿Que no tiene posibilidades contigo? ¿Que se aleje de ti? ¿Que no se le ocurra darte un beso? Que...
-¡Vale ya!
-Sí, ya lo sabe. Se dio cuenta él mismo. -Informó Isabel.
Sara agarró los mofletes de Lorena al tiempo que decía:
-¡IIIIIII! Qué mona que eres. Pero estarías más mona con un poco de rimel. ¿Te has caído de la cama o algo?-Soltó los mofletes de su amiga y miró en sus bolsillos.
-Algo parecido...
Lorena se aseguró de que las mangas tapaban sus muñecas.
Bill fumaba un pitillo acodado en la ventana alargada de la clase. Su sentido común le decía que momentos tan tranquilos como ése iban a escasear esa semana. Apoyó la espalda en la repisa, cerró los ojos y, echando la cabeza hacia atrás, exhaló humo. La semana iba a ser muy larga.
Noelia no volvió a clase en todo el día.

Wenas de nuevo! Aquí estoy para dar la lata otra vez.
Esta vez he metido paja a posta. Intento controlar el tiempo que cuesta leer los primeros dos párrafos, para que la canción pegue con el momento.
Lo he puesto según mi velocidad leyendo, pero no me fío de mi misma. Me gustaría que me digáis en qué frase os ha pillado la guitarra eléctrica para ajustarlo bien.
Gracias anticipadas ^^
Que disfrutéis.

Código:

http://es.youtube.com/watch?v=Ehl_VQuKRTc

Se tomó un par de cafés y demasiados cócteles de frutas tropicales en un bar y se entretuvo viendo la reposición de un partido de fútbol que España había ganado en 1984. Una cuadrilla de hombres de mediana edad, cerveza en mano, y puro en boca, comentaban el partido, refunfuñando al ver las anticuadas jugadas de los futbolistas, y hablando de lo que fue de ellos después. Cuando Noelia tuvo la garganta lo suficientemente ardiente, depositó 15 € en la barra y se dirigió hacia la bajera insonorizada en la que Cry tenía por costumbre jugar al Tekken, escuchar música a decibelios que deberían romper los tímpanos, fumar porros, beber hasta reventar, o dormir, entre otras cosas.
No fue la única que faltó a clase.
Otra persona había hecho novillos, pero, a diferencia de Noelia, había tenido que esperar hasta el recreo para poder escabullirse entre la multitud y llegar al ensayo. Cuando Aritz abrió la puerta de la bajera, Jorge, con la guitarra de Luis y un pitillo en la boca, afinaba tocando “Money For Nothing”. Estaba concentrado, serio, y emitía un aura de misterio que realmente pegaba con la canción. En aquel momento, Aritz supo por qué era tan popular entre los heavys.

-Llegas tarde. -Le incriminó Luis.
Aritz se sobresaltó. No le había visto al entrar.
-¿Y qué quieres que haga? No puedo salir del insti así por las buenas, ¿sabes?
-Por lo menos podrías haber traído bocatas o algo. Tengo un hambre...
Aritz le lanzó una lata vacía que vibraba sobre un amplificador. Luis, riendo, la paró y se la tiró de vuelta. Empezaron a jugar a tenis. A pesar de que se divertían, dejaron de jugar. El mal humor de Jorge era tan evidente que Luis creyó que si extendía la mano, podría tocar el aura negruzca que le envolvía.
-¿Dónde cojones se ha metido?-Estalló de repente, tirando de mala manera la guitarra de Luis a su propietario, que la cogió al vuelo por muy poco.
-Ya vendrá. Por lo que he oído, ha montado una gorda en su clase y se la han levado a dirección.-Le restó importancia Aritz.- Así que tardará un rato.
Jorge cogió un cojín, lo puso contra la pared y le dio tal hostia que hizo salir el algodón por un descosido.
-Estoy hasta los huevos. Como esta semana la cague, le digo que se vaya del grupo y de la bajera.
Aritz y Luis no se atrevieron a contradecirle. En ese estado, hubieran recibido más de un puñetazo. Jorge se sentó en la cama y buscó su papel de fumar. A partir del tercer porro, empezó a calmarse.
Noelia llegó cuando pasaba el sexto.
-¡Su majestad se digna a aparecer!-Se burló Aritz.
-Calla, niñato-Le espetó Noelia.
-No.-Intervino Jorge-Cállate tú.
-¡Eso! Encima de venir tarde, no traes bocatas-Le desvió Luis, antes de que Jorge empezara a echarle la bronca-¡Ni coca colas!
-¿Pensáis poneros como cerdos o el plan es ensayar?-Le cortó Noelia.
Jorge le tiró el micrófono. Aritz le dio a la batería. Luis tiró del teclado hasta el sofá.

Código:

http://es.youtube.com/watch?v=scZo8zYoCbo

-¿Cantas o qué?-Dijo Jorge a Noelia.
-No me jodas.-Contestó Noelia con incredulidad.
-¿Qué?
-¿A eso llamas tú arreglo? Se suponía que tenía que sonar más latino, más... reggaeton.
-Mira, niña mona, me tienes hasta los huevos. O cantas, o no vuelvas más por aquí.-Estalló Jorge.
-Tus canciones son imposibles de cantar.
-Entonces, ponte tú a componer. A ver si consigues que te dejen tocar en el game over.
-Basta ya. Parad los dos. -Se impuso Aritz.- Jorge, tío, cálmate. Y tú, esfuérzate un poco ¿quieres? Jorge se ha pasado la noche en vela para terminar los arreglos para tu tono de voz y tu estilo. Ya sabemos que algunas canciones no puedes cantarlas, pero jopiluquis, haz algo.
-Mirad, por ahora, paremos un rato.-Intervino Luis- Voy a por algo de comer. ¿Te vienes, Aritz?
-Voy.
-¿Pans o Mc Donalds?
-Pans.
Noelia y Jorge se quedaron a solas. Jorge sacó papel de fumar de nuevo. Noelia le miraba dubitativa. Se hizo un silencio incómodo.
-¿Lo has hecho por mi?-Decidió partirlo ella.
-¿Y a ti qué te importa?-Le espetó él.
Lo había hecho por ella. No cabía duda, y Noelia lo sabía. Se acercó hacia él por detrás, le abrazó y le desabrochó los pantalones.
-Quita.-Intentó zafarse él.
Ella le agarró por la mandíbula, le quitó el porro y mordió sus labios hasta que dejó de protestar.
Cuando Aritz y Luis llegaron al Pans, la puerta estuvo a punto de cerrárseles en los morros. Sentadas en una mesa, a solas, estaban Isabel y Sara.
Por suerte, alguien les sujetó la puerta en el último segundo.
-Con que aquí está el evadido. Pues no te ha servido de mucho la fuga, chaval. Una de tu clase se ha chivado. -Le dijo Lorena a Aritz, sujetando la puerta con una mano y una bandeja de bocadillos con la otra.-¿Pasáis?

Gracias a todos por la colaboración. Fue de mucha ayuda. Ahora creo que ya puedo fiarme de mí misma poniendo las canciones.
Lo de siempre: disfrutad de la lectura


Sara se estiró en la silla, reconfortada. Por fin había terminado la clase de filosofía. Bill vio como la clase empezaba a vaciarse y el comedor a llenarse. Lorena cogió sus apuntes de latín y la tarea y se reunió con Isa y Sara.
Para aquella hora, Bill ya había advertido había unos cinco grupos en clase: los hip-hoperos, las niñas monas, los forofos del fútbol, el grupo de alto nivel y un grupo de chicas que no sabía calificar. No parecía una clase demasiado abierta.
Una chica de ese grupo se acercó a Bill.
-hola.-Le dijo-soy la delegada de clase.¿El nuevo, no?
Bill asintió.
-¿cómo te llamas?
-Guillermo. -le dio una calada al pitillo.
-Encantada de conocerte.¿Y cómo es que te has cambiado aquí?
-Vivo cerca.
-vaya, pues nunca te había visto por ahí.
Él se encogió de hombros.
-Oye, ¿puedo hacerte una pregunta? - A Bill no le habría extrañado que una nubecilla con él y Noelia besándose hubiera flotado desde la cabeza de la delegada.
-¡Hey! ¡Alba!- Lorena le pasó un brazo por encima a la chica. -¿Qué tal el verano?
-bien ¿y el tuyo?
-magnífico. Benidorm fue una pasada. Ah, Bill, ¿te vienes al pans? Pensaba pillar la tarea de Latín y adelantar mientras Sara da la tabarra un rato. ¿Te apuntas? Te advierto que los planes alternativos son una buena batalla de break, ensaladas bajas en calorías mientras se discuten tratamientos faciales, o... - Dejó la frase en el aire momentáneamente, lo justo para que pareciera que se le había ido la pinza. -Ah, sí, ¿al final fuiste al aquapark? -Le preguntó a Alba.
-Claro. Por cierto, ¿Es verdad? Me han dicho que te has apuntado tú sola a Latín.
Lorena, sonriente, contestó:
-Esa era mi intención, pero me han saboteado el plan. Bill también se ha apuntado.
A Sara le rugieron las tripas.
-Bueno, ya te contaré, que parece que hay demasiada hambre ahora.
-Sí, claro.-Contestó la delegada.
Lorena se dirigió hacia donde se encontraban Sara e Isabel. La delegada parecía tener la intención de seguir con la conversación entre ella y Bill donde la habían dejado. A él no le hacía ninguna gracia.
-¿Vienes? -Preguntó su compañera de Latín.
No tenía elección.
-Hasta luego- Le dijo a la delegada, yendo con Lorena.
-¿Mucha hambre?- Comentó Isabel.
Aunque su cara decía de lo contrario, Sara negó con la cabeza.
-Has vuelto a saltarte el desayuno, ¿Verdad? la incriminó Lorena.
-Es que la competición de grupos de danza es dentro de un mes y peso 5 kg de más.
-Exagerada.- Valoró Lorena
Sara le lanzó una mirada asesina.
-Tú calla, que no sabes lo que es comer cualquier cosa y que te engorde. ¿Cómo consigues mantener los 51 kilos? Capuya devoradora de patatas fritas...
-Estás bien tal y como estás. ¿A que sí, Bill? (Tú dí que sí)- Comentó Lorena.

Bill se encogió de hombros
-Yo te veo bien. Si no te sientes a gusto con tu peso, pierde un poco, pero no te obsesiones. Estás bien así.
Lorena le miró con los ojos desorbitados.
-¿Qué?- Preguntó el chico, mosqueado.
-Es la frase más larga que has dicho desde que te conozco. ¡Mi niño ha aprendido una palabra! wiiiiii...
Bill enarcó una ceja. Isabel le tapó la boca a Lorena.
-Ni caso- Le dijo Isabel en confianza-. No lo dice con mala intención. Lo cierto es que has hablado poco en clase, por no decir casi nada, por eso...
-Pensábamos que estabas a disgusto o algo- Terminó Lorena, zafándose de Isabel.
-O que te caíamos mal. -Añadió Sara.
-No es eso. No estoy de humor, eso es todo.
Lorena se adelantó un poco y, andando hacia atrás, se volvió hacia Bill:
-Admítelo, leñe; eres un poco tímido.
Bill se puso rojo y miró hacia otro sitio.

Una hora más tarde...

Aritz y Luis entraron sobresaltados.
Lorena intentó ocultar una sonrisa cambiando de tema:
-Ah, Aritz, ¿Ya conoces a Bill? Va a nuestra clase.

Quizá debería aligerar un poco el ritmo de la historia... estos cachos se me están haciendo muy pesados. Probablemente es porque hay mucho diálogo... y por lo tanto hay mucho que "editar".
Y quizá debería cambiar el color de conversación de Isabel. Salta demasiado a la vista cuando hace banderitas españolas
Quizás, quizás, quizás...
En fin, Disfrutad de la lectura ^^


Aritz y Luis entraron sobresaltados.
Lorena intentó ocultar una sonrisa cambiando de tema:
-Ah, Aritz, ¿Ya conoces a Bill? Va a nuestra clase.
El chico había pasado desapercibido, con una bandeja de refrescos tras la puerta, junto a la barra.
-Pues no.-Contestó el aludido.-Hola. ¿Eres nuevo, verdad?
Bill asintió.
-Éste es Aritz. Va a nuestro curso, pero está en la clase de al lado, la B. Y él es Luis. Es de 2º.
-Último año ya-Comentó esperanzado Luis.
-Mucho gusto.
Se hizo un silencio incómodo. Aritz miró hacia la mesa donde estaban Sara e Isabel y luego intercambió una mirada cómplice con Lorena.
Lorena asintió a su pesar.
Los chicos cogieron un par de bocatas recalentados, refrescos y patatas y, tras intercambiar una sonrisa con Lorena, se fueron hacia la mesa de Sara e Isabel.
-Joer cómo tardan. A este paso haremos huelga de hambre.-Se quejó Lorena ante la tardanza de sus propios bocatas.
Bill sonrió.
Aritz y Luis se acoplaron como Pedro por su casa a la mesa de Sara e Isabel.
-Hola-Saludó de repentino buen humor Aritz.
Sara dio un respingo y le miró con la pregunta “¿Qué haces aquí?” pintada en la expresión de su cara.
-¡Vaya!-Se sorprendió Isabel-¿Qué hacéis por aquí?
Aritz se encogió de hombros, dio media vuelta a la silla de al lado de Sara y se sentó con los brazos cruzados sobre el respaldo.
-Comer, porque el ensayo no da más de si.
-¿Que no da más de sí?-Preguntó Sara frunciendo el ceño- Espera...-Continuó repentinamente-¿Ensayo? Entonces ¿Jorge está aquí?
-No. Se ha quedado con Noelia en la bajera-La tranquilizó Luis.
Sara suspiró de alivio.
-¿Y qué tal el ensayo? ¿Por qué no da más de sí?
Luis se sentó junto a su amigo.
-Es un asco. Noe y Jorge se pelean cada dos por tres, hay poco tiempo y encima sonamos fatal.
-Para colmo, siempre hay alguien que llega tarde-Añadió Aritz.- Y pensar que el concierto es el sábado...
-Buah...-Dijo preocupada Isabel, a la par que anotaba mentalmente “estar libre para el sábado”- Pero vosotros tocáis genial, incluso sin ensayo ni nada. Hombre, si ensayáis mejor, claro, pero seguís estando genial sin ensayo.
-De todos modos lo veo chungo-Dijo Aritz- Eh, ¿Qué pasa con Lore, que no viene? ¿Os habéis peleado o algo?
-No, no, no-Respondió Sara-Está allí, donde la barra, al lado de la puerta, esperando a los bocatas con Bill.
-Ah, ya la veo-Dijo Aritz-Y ese ¿Quién es? ¿su Novio?
Isabel negó con la cabeza.
-Está en nuestra clase. Se llama Guillermo. Es nuevo en el instituto.
-Pero ¿Hay rollo?-Insistió Aritz.
Isabel se encogió de hombros y observó a la pareja: Ambos tenían la piel más pálida de lo normal en alguien que acaba de volver de vacaciones, expresión ligeramente triste, ojeras, y el uniforme algo arrugado. Parecían aburridos. Lorena, apoyada contra la puerta, sujetaba la bandeja de refrescos y patatas con una mano, mientras Bill, acodado en la barra, contemplaba el infinito. Lorena puso cara de sufrimiento y dijo algo, y a Bill se le escapó una sonrisa.
-Pegan-Comentó Aritz.
Los otros tres ocupantes de la mesa asintieron.
-Y se aburren-Comentó Luis.
Los otros tres ocupantes de la mesa volvieron a asentir.
-Y tienen hambre-Comentó Isabel.
Los otros tres ocupantes de la mesa se volvieron hacia ella y la miraron con cara extrañada. El estómago de Isabel crujió. Ella se ruborizó. Los otros tres ocupantes de la mesa se carcajearon.
-¿De dónde sacas que tengan hambre?-Preguntó Sara.
-Es que tienen pinta de tenerla, ahí, junto a la barra, esperando a los bocatas.-Se defendió Isabel.
-¡Qué va!
Tras todo esto, llegaron los observados con los bocatas y refrescos.
-No hacía falta que me ayudaras. Podía con las dos bandejas yo.-Le dijo Lorena a Bill.
Bill se encogió de hombros.
-Qué más da, ya está hecho.
Mientras repartían refrescos y bocatas, Sara les observó maliciosamente. En su fuero interno, decidió que tenían pinta de pareja discutiendo. Al apartar la vista de ellos, se encontró con la mirada de Luis, cuya cara tenía la misma expresión maliciosa que la suya. Miró a Aritz para certificar que también él pensaba lo mismo. Los tres miraron a Isabel.
Isabel tragaba panceta alegremente.
-¿Me pasas la carpeta verde de debajo de esa bandeja, Luis?-Pidió Lorena, sentándose en la otra punta de la mesa, al lado de Bill.
-Y la de al lado también, por favor-Añadió Bill al pedido.
Luis pasó la mirada por la pareja, sonriendo. Con que sentándose juntitos...
Lorena recibió las carpetas.
-Las frases para pasado mañana eran desde “Alea iacta est” ¿verdad?
-Sí-Confirmó Bill.
-Ahí va...-Se extrañó Lorena mirando una de las frases- ¿Cómo se declina Laborare?
La chica le dio un bocado a su bocadillo de pechuga.
-¿No es un verbo? Laboro, as, are avi, atum.-Informó Bill
-Ah, sí.-Accedió Lorena.
-¿Qué es misserrimosque?
Lorena le miró con cara de póquer durante dos segundos. Luego, miró en sus apuntes.
-misserrimos es el superlativo de miser, is.-Informó- El “que”... -Miró en el diccionario-Puede ser una conjunción copulativa. Igual se ha equivocado dictando y van por separado.
-Puede ser.-Accedió Bill.
-Parece que hablan en otro idioma-Comentó Isabel.
Esta vez, los otros tres ocupantes de la mesa asintieron.
-¿Qué tal el finde? -Preguntó despreocupadamente Lorena, desviando la atención de ellos.
Sara tomó la palabra:
-Pues bien. Estuve en el gimnasio el sábado por la mañana, porque por la tarde tenía clase de danza. Luego, por la tarde, quedamos y jugamos a la play en casa de Lorena.
-Ah, por cierto, ¿Te quejabas de que no tenemos bajera? Pues he encontrado una que está genial. -Interrumpió Isabel- Es pequeñita, pero está bastante bien. Lo bueno que tiene es que hay baño y enchufes. Podría llevar la tele pequeña, y mis tíos, ya sabes, los del pueblo, dicen que quieren cambiar el salón. Me han prometido sus sofás. ¿Qué os parece?
-Precio-Pidió Lorena, sin apartar los ojos de las hojas.
-12 € por persona, si somos nosotras tres. Gastos supongo que a parte. Pero si la compramos, sale más barata a largo plazo: serían 100 € por persona, pero ya tenemos bajera para toda la vida.
-100 € es mucho dinero, aunque sea barato para una bajera-Intervino Sara- Y ¿Dónde está?
-Al lado de la antigua estación de autobuses.
-¿En pleno centro y sólo piden 300 € por ella?-Se asombró Sara
-Ya te he dicho que era una ganga.
-¿Cuántos enchufes tiene?-Preguntó Lorena.
El resto de los presentes la miraron tal que así ¬¬.
-¿Qué más da? Nos pilla cerca de todo; del insti, del pans, de los bares, de casa, de los cines... ¡Y tiene baño!- La vendió Sara.-¿Tenía baño, no?-Lo confirmó con Isabel.
-Hay gato encerrado.-Aseguró Lorena, levantando momentáneamente los ojos de la tarea- No puede valer tan poco comprarla. Y además, que no son sólo los 300 € de compra; hay que mantenerla. Luz, agua, comunidad...
-Lo que pasa -Explicó Isabel- es que es de una mujer anciana que no la va a usar, y nadie la quiere porque la puerta es demasiado pequeña para un escaparate. Y como es pequeño, tampoco sirve como almacén. Así que lo vende barato.
-De todas formas, será mejor echarle un vistazo antes. [/color]
-Esta tarde os llevo.-Decidió Isabel.-Tendrás que esperar a que acabemos con el coro-Le dijo a Sara.
La chica cruzó una mirada con Aritz. El chico sonrió sólo para ella. Bastó esa sonrisa para que acordaran quedarse los dos juntos mientras Isabel y Lorena iban al coro.
-Me parece bien-Coincidió la aludida.
-Y qué habéis hecho vosotros el fin de semana?-Comentó despreocupadamente Lorena.
Aritz y Luis intercambiaron una mirada tensa.
-Ensayar. -Dijeron a coro.
Se hizo el silencio. Ni Aritz ni Luis pretendían continuar con algo que pudiera herir a la chica. Lorena prefirió cambiar el rumbo de la conversación.
-¿Y qué planes tenéis para este finde?
Aritz se mordió el labio y Luis tragó sonoramente.
-¿Qué has hecho tú este finde, Bill?-Cambió de tema Sara.
Las miradas de todos se centraron en él, con la esperanza de aliviar la tensión. El chico jugueteaba con un anillo de piedra negra que llevaba puesto mientras, concentrado, analizaba “Nihil rerum mortalium tam instabile ac fluxum est quam fama potentiae non sua vi nixae”.
-Mudarme.
Y no añadió nada más. Se hizo un silencio incómodo. Por fin, Aritz pareció encontrar un tema de conversación agradable:
-Por cierto, esta mañana, ¿Habéis visto lo que ha hecho Noelia en vuestra clase?
-Sí...-Comenzó a decir Sara.
-¡Son las 3!-Advirtió alarmada, de repente, Lorena.-Hay que irse. Si llegamos tarde a Lengua nos matan.
-Que paséis buena tarde-Se despidió Isabel.[/color]-Nos vemos.
Los dos amigos enfilaron hacia la bajera, mientras el cuarteto volvía hacia el instituto. Isabel volvió la cabeza hasta que Aritz y Luis se perdieron al doblar la esquina de una calle. La chica suspiró. Breve pero intenso. Apenas le había dado tiempo a disfrutar de su compañía. Y encima, había quedado como una tonta al comentar que Bill y Lorena tenían hambre. La melancolía hizo mella en ella.

Dios, qué descanso. La reducción de diálogo tiene sus cosas positivas.
Este capítulo tiene mucho para leer entre líneas. Probablemente, demasiado. Pero me gusta cómo ha quedado. Creo que la canción pega con el ritmo de lectura, incluso en el final, y la atmósfera... he intentado lograrla. Recrear ese sentimiento. A ver si lo consigo ^^
Que disfrutéis de la lectura^^



Se despidieron de Bill al salir de clase y enfilaron hacia la Tierra Prometida de la Bajera. Una vez allí, Isabel les indicó dónde estaba la puerta. Era del color del edificio, y hubiera pasado desapercibida si no tuviera manillar. La pared estaba escamada por fuera. Entraron. Ciertamente, era pequeño, pero acogedor.
Había dos estancias; la principal, con forma pentagonal, que estaba vacía. Era iluminada por una sola bombilla que colgaba del techo. Las paredes, empapeladas de color azul claro, ayudaban a su tarea de iluminar.
-A ver, cuenta enchufes. -Instó Sara a Lorena.
-Seis. Suficientes.
Y el baño, con una bañera sin cortinas, un retrete y un lavabo. Las paredes, tapizadas con papel de color claro, le daban algo de iluminación.
No tenía ventanas, pero había una rejilla con un ventilador que podía abrirse o cerrarse junto a la puerta del baño.
-Pintamos las paredes de un color un poco más oscuro, traemos los sofás de tu tío, la tele y una play y esto es gloria-Comentó Sara.
-El baño no funciona-Dijo Lorena.
-El agua está sin dar. La mujer lo deja así mientras no lo alquile nadie. -Informó Isabel.
Lorena suspiró, vencida.
-¿Para cuándo podéis reunir 100 €?

Código:

http://es.youtube.com/watch?v=CoUOrLe4vlY&NR=1

A la mañana siguiente, a primera hora, había Historia del Arte, en la que no se dividían en grupos de nivel. La clase era dada en el aula de audiovisuales, famosa por su atmósfera íntima, y por la capacidad de absorber cualquier murmullo quedo. Los veinte primeros minutos tomaron apuntes. Después, el profesor bajó las luces y puso un vídeo.
En esos momentos, los estudiantes avispados aprovechaban para hacer la tarea. Los vagos, para cotorrear, y el profesor, para echar una ligera siestecilla.
Eso fue lo que le salvó a Noelia de un castigo por llegar tarde. Se coló por la puerta de atrás silenciosamente y ocupó un asiento vacío. Tras instalarse y conseguir algo de comodidad en la dura silla, se dio cuenta de que Bill se sentaba justo delante de ella, entre una melena rubia y otra morena. Sonrió maliciosamente, alargó la mano hacia su pelo y...
Una mano elegante y tan pálida que relucía con la tenue luz de la película retuvo la suya. Sobresaltada, Noelia miró a su propietaria; Lorena. En la oscuridad, no había advertido que estaba sentada a su lado. Se miraron. La expresión del rostro de Noelia rebosaba odio. La de Lorena, calma.
Demasiada calma para un ser vivo. A Noelia le recordó a la Lorena de antes, aquella chica elegante, misteriosa y callada que había sido su amiga durante tanto tiempo. Cómo cambian las personas con el tiempo.
Se sostuvieron la mirada unos minutos, hasta que encendieron las luces. En ese momento se dieron cuenta de que estaban cogidas de la mano.
Como cuando eran amigas.
Noelia apartó su mano con brusquedad, le soltó un bofetón a Lorena y salió con paso airado de la clase. Al oír el bofetón, media clase se giró. El profesor se despertó malhumorado. Los que habían visto algo comenzaron a cuchichear con los que no habían visto nada.
-¿Qué ha pasado?-Preguntó preocupada Isabel.
-Nada.-Contestó Lorena enfadada.
El alumnado comenzó a salir de la sala de audiovisuales.
No habían cruzado ni una sola palabra. Ni siquiera se habían movido. Pero había sido suficiente para herir un corazón.
-¿Vamos al baño?-Propuso Isabel.
-No. No pasa nada.
-¿Seguro?-Quiso saber Sara.
Lorena no respondió. Siguió al resto de los alumnos fuera del aula y se dejó guiar como una oveja. Claro que pasaba algo. Ella era la responsable de que pasara. Si hubiera sido menos cobarde, si hubiera aclarado las cosas con Noelia como debía, esto no hubiera sucedido. Noelia no hubiera sufrido tanto.
Pero ahora, lo único que podía hacer por ella era mantener la boca cerrada, dejarse odiar y esperar que el tiempo curase las heridas.
¿Lo único? Sabía que se engañaba. No es el tiempo quien cura las heridas, sino las personas que te encuentras con el tiempo. Pero ¿Quién podría curar aquel corazón?
-Estás muy rara-Constató Sara, poniéndose a su lado.
-Se me pasará.-Aseguró Lorena.
-¿Qué te parece un par de bolsas de patatas fritas? ¿suficiente anestesia?-Comentó la chica.
Lorena sonrió.
Bill chocó contra alguien que iba a contracorriente de la marea de alumnos.
-Perdón.
-¡Hombre, Bill!-Le saludó Aritz.
Al chico le costó un momento reconocer a la persona con quien había chocado. Sabía que era uno de los dos chicos con los que había comido el día anterior, y sabía que iba a la clase B, pero no recordaba su nombre.
-Perdona, ¿Cómo te llamabas?-Decidió preguntar.
-AAAAAritz. Me llamo Aritz. El que tienes delante es Aritz. El tío con el que comiste ayer, ese soy yo: AAAritz.
-Vale, vale, ya lo pillo.
-¿Y qué tal? ¿Qué habéis tenido ahora?
-Historia del Arte. ¿Vosotros?
-Mates. Qué morro, habéis ido a Audiovisuales, ¿no?
Bill asintió.
-¿Qué tenéis ahora?
-No sé. Oye-Aritz cogió a una chica que pasaba por allí del brazo-¿Qué hay ahora?
-Ni idea. A ver cuándo nos dan los horarios.
-Sí... -Dijo, y volviéndose hacia Bill de nuevo-Bueno, alguien me arrastrará a clase de todas formas. Espero que no toque Biología...
- Pues suerte.
-Venga, hasta luego.
Bill siguió a la marea, mientras Aritz siguió contra ella. Al pasar al lado de un trasero conocido, lo pellizcó. Sara se sobresaltó, miró hacia él y él le dedicó un guiño. La chica se puso roja, pero procuró ocultarlo.
Era una suerte que durante las clases se dejara a un lado lo personal. Pero con el recreo, no se podía hacer lo mismo.
Lorena desapareció. A pesar de que la buscaron hasta en la biblioteca, Sara e Isabel no pudieron encontrarla.
Armado con el croquis que le había hecho la chica el primer día, Bill fue a la cafetería. Para su desgracia, no estaba vacía: Noelia ocupaba un asiento en la barra, aunque esta vez no parecía dispuesta a ligar. Se sentó junto a ella, pidió un café y le ofreció un cigarrillo. Ella lo aceptó sin mediar palabra y le prendió fuego, aun sabiendo que estaban en el área de no fumadores.
-Gracias. -Acabó diciendo la chica cuando Bill dio el último sorbo a su café.

Spoiler:

Bien, después de ese período entre la etapa pre-clase y la 2º semana de clase en la que todavía no estás muy seguro de qué hacer, o cómo comportarte con la gente, vuelvo a la carga!
Espero que todos vosotros hayáis empezao con buen pie. Al menos, los nervios y propósitos de los primeros días hacen que no te duermas en clase.
El lado malo; todo eso agota mucho. Yo, sinceramente, después de clase, necesitaba al menos 15 minutos de distracción de cualquier tipo. Sino, permanecía en estado de zombie durante el resto del día. En fin, He aquí una pequeña distracción.
Como siempre: Que disfrutéis^^

En el baño se gestaba otra escena.
-Pero ¿cómo? Es que no sé a qué ha venido esa torta.-Se quejó Sara.
-Déjalo estar.-Ordenó Lorena-No la juzgues sin saber. Y no, no te lo voy a decir. Es algo entre ella y yo. No tiene por qué meterse nadie más. Ni siquiera vosotras.
Sara se quedó absolutamente seria.
-Creía que no había secretos entre nosotras.
-¿Me contarías cuándo y cómo lo haces con tu novio?
-Sí. -Contestó absolutamente convencida Sara
Isabel y Lorena la miraron con ojos como platos.
-Pues mira, los miércoles, la postura del misio... - Prosiguió Sara ante el estupefacto público.
-Yaaaaaa. -La interrumpió Lorena.- Pues hay cosas que yo considero que no sólo dependen de una persona; que necesitas la autorización del otro para contarlo, incluso si a quien se lo cuentas es alguien de confianza. Por cierto, ¿Desde cuándo tienes tú novio?
-Vaya, es hora de inglés- Dijo Sara, saliendo precipitadamente del baño.
Lorena e Isabel intentaron seguirla, pero al ritmo al que subía por las escaleras correcaminos lo hubiera tenido difícil.
Tras el recreo, Noelia desapareció. Isabel pareció aliviada y Sara, exultante.
-¿Por qué no se cambia de instituto? ¡Si prácticamente no viene! Nos haría un favor a todos- Se quejaba la última en clase de Lengua, mientras hacían comentarios de texto.
Lorena fingió no oír nada e Isabel lanzó un suspiro. Iba a decirle algo, pero decidió que podía esperar hasta un momento diferente, en el cual no ocurriera que si no estaba callada, le harían leer el comentario de texto en alto.


Al amanecer del tercer día, los jóvenes de 1º de Bachillerato que habían optado por Educación física salieron a correr por los parques cual pelotón del ejército. Mientras tanto, Bill, despeinado, con ojeras, y una camiseta negra asomando bajo el cuello desabrochado de la camisa y Lorena, con el delineador de los ojos ligeramente distorsionado, pálida y con los ojos cerrándosele continuamente, trataban de terminar a tiempo los ejercicios de Latín, que se suponía que debían haber terminado hacía 10 minutos, hora en la que la clase debía haber empezado.
-Por cierto, -Preguntó Bill- ¿alguna idea de cómo se puede traducir “Nihil rerum mortalium tam instabile ac fluxum est quam fama potentiae non sua vi nixae”
-Yo he puesto “Ninguna cosa de los mortales es tan inestable y flexible como la fama de poder” Y el resto, Ene Pe I. -Contestó Lorena.
-Estamos igual. Por cierto, ¿Dónde estuvisteis a la hora de la comida?- Preguntó el chico.
-Pues no sé. Supuse que Sara e Isabel estaban contigo, porque yo no las encontré. Supongo que Aritz y éstos estarían ensayando con el grupo. Yo cogí un café en la máquina y fui a la biblioteca. Siento haberte dejado solo. ¿Qué hiciste?
-Comer en la cafetería y hacer ésto -Dijo Bill señalando dos de las tres hojas que había de tarea.
-Las chácharas para más tarde. -Retumbó la profesora entrando por la puerta.-A ver, desde “Nihil rerum mortalium tam instabile ac fluxum est quam fama potentiae non sua vi nixae”
Lorena y Bill se miraron entre sí mientras Sor María se sentaba ante ellos. ¿Quién hacía la frase? Permanecieron mirándose hasta que Lorena apartó la mirada. Bill sonrió exultante.
-A ver... Nihil, nominativo... -Empezó Lorena.
-La traducción. -La cortó la profesora.
-Eh... -Lorena revolvió entre las hojas de su cuaderno-”Ninguna cosa de los mortales es tan inestable y flexible como la fama del poder...” -Se quedó un momento mirando la frase en Latín, miró hacia la profesora, que había abierto su carpeta y ya tenía sacados los apuntes color sepia con los que daba clase. Volvió a mirar la frase- que no radica en su propia fuerza. -Se inventó.
-Muy bien. -Dijo la profesora.
Lorena y Bill la miraron con una ceja levantada.
-Es una frase de Tácito. -Continuó Sor María.
Bill miró a Lorena con cara de sorpresa incrédula.
-Esa es la traducción literal, pero los traductores hacen una versión más cercana a nuestra forma de verlo: -Bill y Lorena aguantaban la risa mientras la profesora no levantaba la vista de sus antiguos apuntes de color sepia- font=impact]“Entre las cosas humanas, ninguna es tan inestable y pasajera como la fama de un poder que no está fundado en su propia fuerza.” ¿Qué es tan divertido?- [/font]]Se percató por fin la mujer.
Los chicos negaron con la cabeza.
-Nada, nada. -Dijo Lorena.


A la luz de los primeros rayos del día, Sara e Isabel trotaban intentando seguir el ritmo del grupo de chicos que tenían delante, mientras el resto de la clase las seguía casi perdiéndolas de vista.
-No me lo puedo creer. -Dijo Isabel.-Y ¿No piensas contárselo a Lorena? Tiene derecho a saberlo, ostras.
-¿Por qué crees que te secuestré ayer a la hora de comer? ¡No se lo puedo decir! -Declaró Sara- Le daría un síncope o algo.
-Sara, yo creo que por que una amiga suya salga con alguien de su antiguo grupo no se va a poner así. ¿Y no decías tú que entre nosotras no había secretos?
-¿Después de todo lo que pasó?
-Que no es para tanto.
-¿Te parece poco que, además de que el hijo de su madre de Jorge intentara violarla...
-...Completamente drogado de vete a saber qué, y no le estoy defendiendo... -Completó la historia Isabel.
-...Aritz y Luis le dijeran que se fuera del grupo...-Siguió Sara.
[color=yellow]-Se lo propuso ella a ellos -Corrigió Isabel.
-¡Y ellos le dijeron que vale!
-¿Y? Es lo mejor que podía hacer. Alejarse de él. A mi me parece que hicieron lo correcto apoyándola.
-Pues a mí no. Tendrían que haber dejado el grupo con ella y haber montado su propio grupo. Un poco de lealtad hacia la compositora.
-Ella no era la única que componía. ¡Y deja de revolver el pasado! Céntrate en el presente. Aún no me creo que hayas acabado saliendo con Aritz. -Isabel se llevó las manos a la frente-Y menos después del discursito sobre la lealtad que acabas de darme.
La cara de Sara se volvió el espejo de la felicidad.
-Es que es tan pícaro... y yo soy tan sexy... ¡formamos la pareja perfecta! ¡Corre más, que se nos escapan! -Azuzó a Isabel.