Historia de cuatro palabras

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se digaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde

Una vez, un dragón que
dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos,
se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente
desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que
oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle
se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa
que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido
trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que
el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como
hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no
pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron
manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que
como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido
nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego
ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación,
salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber
enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta
entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en
una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a
volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a
volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte
que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran
cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado
llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho
lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a
punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que
prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando

Una vez, un dragón que
dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos,
se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente
desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que
oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle
se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa
que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido
trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que
el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como
hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no
pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron
manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que
como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido
nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego
ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación,
salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber
enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta
entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en
una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a
volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a
volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte
que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran
cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado
llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho
lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a
punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que
prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de que había una salida decidieron moverme con algo de sigilo para que

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de que había una salida decidieron moverme con algo de sigilo para que evitara poder caer y matarse contra un calcetín

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de que había una salida decidieron moverme con algo de sigilo para que evitara poder caer y matarse contra un calcetín que un gnomo había

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de que había una salida decidieron moverme con algo de sigilo para que evitara poder caer y matarse contra un calcetín que un gnomo había tejido y olvidado allí

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de que había una salida decidieron moverme con algo de sigilo para que evitara poder caer y matarse contra un calcetín que un gnomo había tejido y olvidado allí aunque pronto se dieron

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de que había una salida decidieron moverme con algo de sigilo para que evitara poder caer y matarse contra un calcetín que un gnomo había tejido y olvidado allí aunque pronto se dieron cuenta de que calcetín

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de que había una salida decidieron moverme con algo de sigilo para que evitara poder caer y matarse contra un calcetín que un gnomo había tejido y olvidado allí aunque pronto se dieron cuenta de que calcetín adoptaba un tono enfermizo.
El dragón corrio para

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de que había una salida decidieron moverme con algo de sigilo para que evitara poder caer y matarse contra un calcetín que un gnomo había tejido y olvidado allí aunque pronto se dieron cuenta de que calcetín adoptaba un tono enfermizo.
El dragón corrio para no tener que ver

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de que había una salida decidieron moverme con algo de sigilo para que evitara poder caer y matarse contra un calcetín que un gnomo había tejido y olvidado allí aunque pronto se dieron cuenta de que calcetín adoptaba un tono enfermizo.
El dragón corrio para no tener que ver nada más de lo

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de que había una salida decidieron moverme con algo de sigilo para que evitara poder caer y matarse contra un calcetín que un gnomo había tejido y olvidado allí aunque pronto se dieron cuenta de que calcetín adoptaba un tono enfermizo.
El dragón corrio para no tener que ver nada más de lo ocurrido.
Un sheck, al

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de que había una salida decidieron moverme con algo de sigilo para que evitara poder caer y matarse contra un calcetín que un gnomo había tejido y olvidado allí aunque pronto se dieron cuenta de que calcetín adoptaba un tono enfermizo.
El dragón corrio para no tener que ver nada más de lo ocurrido.
Un sheck, al presenciar todo lo que

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de que había una salida decidieron moverme con algo de sigilo para que evitara poder caer y matarse contra un calcetín que un gnomo había tejido y olvidado allí aunque pronto se dieron cuenta de que calcetín adoptaba un tono enfermizo.
El dragón corrió para no tener que ver nada más de lo ocurrido.
Un sheck, alpresenciar todo lo que pasaba con una bola que había salido de la cueva del dragón

Una vez, un dragón que dormía cerca de una asquerosa cueva llena de enormes bichos vampíricos, se despertó repentinamente al olisquear algo que olía especialmente desagradable. Anduvo unos cuantos metros más de"puntillas" hasta que oyo un ruido y se encontró con uno de aquellos vampiros, estos al verle se le hecharon encima haciendo que el dragón tuviera un ataque de risa que les dejo perplejos y no supieron que el dragón había comido trocitos de chorizo picante entonces fue cuando se dieron cuenta de que el chorizo les daba picores.
Decidieron ayudarle pero no sabían como hacerlo. Entonces, empezaron a hacerle cosquillas en las escamas, él no pudo aguantarse y estornudó haciendo que los vampiros quedaron manchados de los restos de chorizo. Mirándole asqueados le dijeron que como les había manchado de esa manera, él contestó que no había sido nada comparado con lo que les podría haber hecho si escupiera fuego ardiendo por su boca. Los vampiros sorprendidos por aquella revelación, salieron corriendo escopeteados por la puerta esperando no haber enfadado al dragón y se colaron por una pequeña obertura semioculta entre las rocas donde fueron a intentar esconderse, pero aparecieron en una gran bañera que estaba llena de pajaritas de papel que empezaron a volar y los vampiros sin saber que hacer les soplaron y empezaron a volar por su alrededor haciendo piruetas en el aire con tan mala suerte que chocaron contra una estatua de mármol que hizo que se desvanecieran cayendo del revés hacia un agujero que acababa de aparecer al lado llevando a los vampiros a un lugar que nunca habían visto. El susodicho lugar era realmente muy colorido, lleno de luces y ruidosos globitos a punto de explotar que asustaban a quien se dignaba a acercarse así que prefirieron quedarse quietecitos allí donde estaban, sin moverse ni respirar, desmayándose de puro cansacio y axfisia. Cuando se dieron cuenta de que había una salida decidieron moverme con algo de sigilo para que evitara poder caer y matarse contra un calcetín que un gnomo había tejido y olvidado allí aunque pronto se dieron cuenta de que calcetín adoptaba un tono enfermizo.
El dragón corrió para no tener que ver nada más de lo ocurrido.
Un sheck, alpresenciar todo lo que pasaba con una bola que había salido de la cueva del dragón se apresuró a acercarse