Habitación 14 // Nika

[Del comedor]

Abro la puerta y entro, dejando que Arya sea quien cierre.
- Pasa. Perdón por el desorden... me inquieta tenerlo todo perfectamente puesto - puse los ojos en blanco imaginando una habitación perfecta. La mía tampoco estaba tan mal, no tenía la ropa interior por el suelo, ni la cama sin hacer. Pero las puertas del armario estaban abiertas, dejando ver la desordenada ropa. Los papeles se amontonaban en el escritorio, y los cogines de la cama estaban por el suelo, junto a la mesita -. Acomódate por donde puedas - la invité, dirigiéndome al armario para coger unas botas negras sencillas, una falda de forro negro y gasa negra transparente, con desniveles, i una sencilla camiseta de manga corta blanca, con unas letras a modo de pintura, donde podía leerse:
"Don't hurt me,
don't forget me"
De mi época en la tierra.
Fui hacia el lavabo y dejé la puerta abierta mientras me cambiaba para que pudieramos hablar sin tener que chillar.
- Cuéntame qué tal todo por aquí. Hace muchísimo que no hablamos. Creo que no hablábamos a solas desde que te di la bienvenida, hace ya un tiempo.

- Vaya. ¿Fue por placer o por algún motivo en especial? - le pregunté, no por curiosidad, sinó por interés, desde el interior del baño, donde ya casi estaba lista.

-Sí, yo tambien me alegro. Idhún no es nada comparado con esto. ¿Y tú qué tal? ¿Te ha pasado algo... interesante?

- Bah, aquí se está muy bien, pero todo es bastante rutinario. Entrenos, paseos, charlas... - enumeré, sonriente -. Pero así está bien, ¿no crees?

Llegamos a la puerta hablando y riendo, la abrí con confianza asomándome yo primera por si se estaban cambiando, pero al comprovar de que ya estaban listas dejé que Zeratul entrara.
- Ya estamos aquí ^^

Zeratul: hmm... -pensé un poco- como gusteis

Salí de la habitación tras ellos, cerrando la puerta.

[A los Jardines]

Una sombra se mueve por el pasillo, el joven mago con un guantelete demoníaco en el brazo había vuelto. Demasiado tiempo buscando su pasado, además de buscar su pasado, y una cura para su brazo. ¿Por qué hizoa quello? Tal vez por amor a la persona que más quería, pero no sabía si aquella cosa serviría para protegerla, y es más, también si era lo correcto.

Llegó hasta la puerta. Una barba de pocos días y unas ojeras adornaban su cara, dandole un aspecto más deplorable. Llamó a la puerta.

Toc, toc toc...

Asintio y respiró con fuerza, tomando aire y coraje para entrar y poder disculparse por su enorme ausencia, esperaba que le pudiera perdonar, pero lo más seguro es que no. Entró y nada más entrar miró y dedicó una leve sonrisa a Nika.

-Espero que puedas perdonarme...

En cuanto la vió, no sabía si era producto del sueño o simplemente era verdad. Pero claramente era verdad, llevaba días de viaje sin dormir con tal de llegar de una maldita vez para volver a verla, averiguar que había pasado en su ausencia, cosas tan insignificantes pero que dan sentido a la vida de una manera bastante grande. Ella pegó un y salió disparada hacia él, para abrazarle.

Tal vez fue el momento, o tal vez fue el impacto de volver a verla, pero lo que no pudo ocultar fueron las enormes ganas que tenía de volver a verla, de notar su suave piel, su aroma, su sonrisa.

-Mi Nika... cuanto te he echado de menos... - la abrazó con fuerza, besando y acariciando su pelo.

Al fin habia vuelto a casa.

Escuchó sus palabras, sus disculpas que no tenían ni pies ni cabeza, al menos para él. Suspiró, fue entonces cuando notó sus lagrimas. Las secó con sus manos, acariciando su mejilla también, la miró y sonrió cálidamente.

-No fue por eso, ya te perdoné por aquello, ¿recuerdas? Tuve que irme para aprender a mover este brazo, usarlo bien, además de que recibií información de mi pasado, y tenía que ir... - dijo con sinceridad. -Tú no tienes la culpa de nada, además, a partir de ahora como vuelvas a llorar por esta tontería, desaparezco una larga temporada - bromeó, aunque tal vez se pasó un poco, pero dió a entender claramente que era una broma.

No tenía intención de irse otra vez, y si se fuera, no hacerlo sin ella.