Una escapada a solas

-Esta bien -dijo con una sonrisa algo más tranquila.

Lo siguió sin pensarlo dos veces pues entre los dos tendrían más posibilidad de encontrarlo, además no quería quedarse sola en ese lugar que le daba mala espina.

Se detuvo a su lado contemplando la fachada del lugar

-¿Crees que puede estar metido ahí aquel que se hubiese compinchado con el ladrón? -dió un par de pasos avanzando en dirección al local- porque si es así... vamos... poco haremos aquí parados, a demás, cuanto antes entremos mejor pues antes lograremos salir de ese antro.

Contuvo la respiración cuando esa flecha se clavó a sus pies

-Pues no nos iremos hasta que nos lo devuelvan -masculló lanzando una mirada retadora a ambos lados.

-Perfecto... en vez de tenerlos que buscar vienen ellos a nosotros... -esbozó una media sonrisa acariciando disimuladamente la empuñadura de su daga- no está tan mal la situación ¿no? así no perderemos tanto tiempo buscándoles.

Dejó que uno de los cinco, el que más cerca estaba de ella, la agarrase. Por muy grande que pudiera ser, aquel hombre no había contado con algo como la magia de la joven. Esta le agarró los brazos fingiendo forcejear para librarse, pero con una traviesa sonrisita liberó una gran cantidad de energía calorífica a través de sus manos quemándole los brazos de gravedad.
Cuando la soltó lo miró con una expresión inocente mientras aquel hombre se retorcía del dolor que le recorría por los brazos.
Se apartó de él y aferrando ahora con fuerza el pomo de la daga, la dulce expresión de su rostro se volvió dura y llena de repulsión hacia las personas que tenía en frente.

-No le hagas mucho daño Jack -le recordó antes de que lo llegase a lastimar al ver a los otros dos en el suelo- necesitamos que hablen si queremos conseguier recuperar el colgante.

-Me encanta tu forma de persuadir a la gente -dijo con verdadera admiración.

Se acercó hasta ambos agachándose hasta situarse algo más cerca del jefe

-Bueeeeno... veamos, por donde podemos empezar -fingió hacerse la despistada- ah sí... ¿dónde esta el colgante que me habeis robado? -preguntó directamente con una frialdad impropia de ella.

-Un momento Jack... -dijo cogiendo del pelo a aquel individuo, haciéndole alzar la cabeza volvió a preguntarle con paciencia, como si de un niño pequeño se tratase- ¿y quien es ese tal Red? ¿Piensas que lo vamos a encontrar así como así? mira... se como van estas cosas porque hace tiempo estuve metida en este mundillo, por lo tanto... también se perfectamente que si tu no nos das una descripción detallada o alguna forma de poder dar con él nunca le encontraremos.

Se incorporó sacudiendose las manos

-¿Un viejo conocido entonces? -dijo con ironía- entonces sabrás donde encontrarlo ¿no?

Apretó el paso hasta situarse cerca de Jack

-¿Y si nos dividimos para intentar encontrarle? si me das una descripción de él podríamos ahorrarnos tiempo.

-Está bien -se paró al llegar a su lado suspirando- ¿entonces por donde empezamos? miraba a la gente que pasaba por allí sin saber muy bien quien era la persona que estaban buscando.

-Lo sé Jack, no he dudado ni un solo instante en que lo harías -dijo manteniendole la mirada en todo momento- confío en ti -susurró en tono tranquilizador acercándose un poco más a él- anda vamos.

Echó a andar por la calle procurando pasar lo más desapercibida posible.

-Era de esperar… no hemos sido muy discretos que digamos -se asomó ligeramente para poder echarle un vistazo a la entrada de la taberna cuando el grupo de secuaces de Red pasaban de largo- muy importante o valioso debe ser para ellos el colgante, para que tenga a tanta gente como protección -frunció el ceño al ver que no había mucha gente- creo que ya tenemos vía libre...