Una escapada a solas

Se apartó dejando que siguieran combatiendo pues parecía que era algo que debían solucionar entre ellos. Estaba claro que todo eso venía de algún problema que hubiesen tenido antes y no intervendría a menos que fuera necesario.

Se encontraba lo más apartada posible para no entorpecer el transcurso de la pelea pero sin llegar a perder ningun detalle de esta.
Por fuera parecía completamente relajada, pero por dentro estaba preocupada cada vez que veía a Jack con alguna dificultad, en especial aquellos problemas que le estaba ocasionando el golpe que había recibido en el costado.

Cansada de esperar de brazos cruzados se puso a rebuscar por la sala algo que pudiera servirles de ayuda.

Buscaba cualquier cosa, incluso algo con lo que poder hacer chantaje a Red para que le devolviera el colgante.
Al no encontrar nada de valor dio con fuerza y enfado un empujón a una mesa que había en la sala con la mala o buena suerte que fue directa hacia donde se encontraban Jack y Red.

No podía creer lo que estaba sucediendo, no podía creer lo que acababa de hacer. Por su culpa, por su descuido… por ese arrebato de ira que había tenido, la vida de Jack corría peligro.
Se encontraba paralizada observando la escena. Fueron las palabras de Red las que la hicieron reaccionar y tenía bien claro que no podía dejar que se saliera con la suya. Todo pasó muy rápido, demasiado rápido como para darse cuenta. Cuando fue consciente de sus actos su daga ya estaba clavada en la espalda de Red y sus manos estaban manchadas de la sangre que procedía de esta y de un par de heridas más que le había ocasionado.

Fue a parar con estrépito al suelo, pero a pesar de que la mejilla le ardía de dolor mantenía su mirada fija en la de Red en actitud desafiante hasta que Jack acabó con su vida.

Aun llevaba la sangre de aquel hombre encima, pero aun así, se llevó una mano al rostro con gesto de dolor frotando la zona que le había golpeado sin poder evitar mancharse. El olor de aquella sangre le provocaba repulsión y ciertas nauseas. Algo mareada se incorporó como pudo para acercarse a Jack

-Lo… lo siento Jack, ¿te encuentras bien?

Se agachó junto a él

-Jack... por favor... vamos, dime algo... -le acarició el rostro con delicadeza, luego se fijó en su gesto, se encontraba agarrandose el costado, no sabía si era por los golpes que Red le había propinado o aquel que había recibido a causa de la mesa que lanzó hacia donde ellos estaban- no te preocupes, intentaré curarte... mi magia no es muy efectiva aun para curar... pero lo intentaré -le susurraba mientras le acariciaba el pelo una y otra vez.

Cuando le vio abrir los ojos le cogió el rostro nuevamente con suavidad para que pudiera centrarse en ella

-Tranquilo, estoy aquí contigo -esbozó una leve sonrisa poniendo ahora sus manos sobre el costado de Jack- escuchame cielo, voy a empezar a curarte, si tienes alguna costilla rota o algo parecido... cuando el hueso empiece a soldar te dolerá, pero no te preocupes... es normal -lo miró durante unos instantes sin saber si quiera si la estaba escuchando, lo único que quería era terminar cuanto antes de sanarle para evitarle más sufrimiento, así que se centró en transmitir su energía a la palma de sus manos para proceder a curar las zonas dañadas.

Cuando acabó el trabajo volvió a situarse de tal forma que Jack pudiera descansar la cabeza sobre sus piernas

-Descansa cuanto quieras -murmuró poniendo una mano en su frente intentando hacer que se relajase.

Había permanecido despierta todo el rato por si alguno de los esbirros de Red se le hubiese ocurrido hacer acto de presencia. Pasó todo ese tiempo jugueteando con el pelo de Jack tranquilamente a la espera de que volviera a despertar.

-Estoy aquí cielo -le acarició la mejilla para hacerle saber que se encontraba a su lado- dime... ¿como te encuentras? ¿necesitas algo?

Le cogió la mano estrechándola con fuerza pero sin dejarle incorporarse al menos por el momento

-Cierto, estás y es lo que importa... -suspiró mientras le retiraba el pelo que le caia sobre el rostro- no teníamos que haber venido hasta aquí, ha sido una locura...

Lo estrechó con fuerza contra ella

-Por muy valioso que sea ese colgante tu eres mucho más importante para mi -besó su frente meciéndole ligeramente- y se que siempre cumples tus promesas, nunca he dudado de ello -añadió con una sonrisa en los labios.