Habitación 19 // Ravenna

Suspiró limpiándose las manos de la mermelada que llevaban las tostadas

-Por lo menos espero levantarme antes que tu la proxima vez y poder traerte el desayuno... aunque solo sea eso...

-Pues mira... eso si que estaría bien

Hizo un ademán de atraparle la lengua con los dientes

-Espero que te fies de la comida que te prepare

-Anda... si tla mayor parte de las cosas están ya preparadas, no creo que tenga mucho más que hacer... -se quedó mirando el plato donde antes estaban las tostadas- bueno... si, podría quemarlas

-Me encanta... siempre eres tan positivo... -murmuró entre risas.

Luego se acomodó en su regazo acariciando sus mejillas con suavidad enternecida por su actitud protectora.

Asintió con una amplia sonrisa

-Da gusto como nos tratan aquí ¿eh? -se abrazó más a él cerrando los ojos cuando sintió sus besos- bueno... y ahora que hemos acabado creo que va siendo hora de moverse, hay que recoger esto y habrá que bajar el desayuno.

-Claro que si cielo, podremos dejarlo para más tarde. Cuando quieras, no tenemos ninguna prisa -le revolvió el pelo esperando alguna reacción por su parte ante este gesto.

Se mordió el labio intentando contener la risa mientras se lo revolvía ahora con ambas manos.

-¿Yo? ¿mala? -susurró adoptando al momento una inocente expresión en su rostro.

Cuando se fijó bien en lo alborotado que le había dejado el pelo, se llevó las manos a la boca para intentar contener la risa sin llegar a conseguirlo

-Menudas pintas te he dejado...

Se acercó al espejo siguiendo sus pasos para situarse tras él

-Pues yo no te lo veo tan mal del todo...es más, yo diría que te favorece.

Puso la mano sobre sus hombros y apoyó la barbilla sobre estas mirándole algo preocupada

-¿Tan mal te lo hacía pasar tu profesor de tácticas para llegar a acabar así?

-Bueno... eso no parece tan malo ¿no? -lo miró através del espejo ladeando ligeramente la cabeza- aunque claro... imagino que todo depende de si formabas parte del ejercito o eras el "uno".

-¿De verdad? No me digas que tu entrenador te tenía manía -lo miró con incredulidad pasándole una mano por la parte de atrás del pelo para dejarselo bien -entonces normal que no te gustase, deberías aprender de mí y llevarte tan bien con tus maestros como yo con él mío -bromeó intentando quitarle importancia al asunto y animarle pues no parecía muy feliz recordando aquello.

Retorció las puntas de algún mechó de su pelo mirándole como le quedaba en el reflejo del espejo

-Oh bueno... no está mal como maestro, pero si nos llevamos tan bien es porque en el fondo creo que le gusto -dijo hablando a media voz como quien le cuenta un secreto a alguien siguiendo con la broma- no puede evitarlo, me adora, está loquito por mí y por eso no me exige demasiado...