Habitación 19 // Ravenna

-¿Gustarme? ¿A mi? ¿mi maestro? - lo miró fingiendo como si la pregunta le hubiera ofendido- bueno... tal vez un poquito, es muy guapo, bueno, adorable... además de ser un gran maestro -se llevó una mano a la boca como si se sorprendiera o se asustase- ¿pero que es lo que digo? ¿tu crees que me gusta mi maestro? ¿crees... que siento algo por él?

Dió media vuelta y fue a sentarse de rodillas sobre la cama observando desde allí como acababa de peinarse

-Vale... pero hazme un favor, no se lo digas -se sacudió el hombro con la mano como si retirase alguna mota de polvo- luego se lo tendría demasiado creido...

-Quien sabe, es tan impredecible que no sabríamos como podría reaccionar -le hizo un sitio por si quería tomar asiento también- ¿tú que opinas?

-Entonces lo mejor será que se lo diga -dijo con determinación- así que... -cogió su rostro entre las manos con delicadeza fijando su mirada en esos ojos azules tan profundos- Jack... mi querido maestro... te quiero, o mejor dicho... -bajó el tono de voz hasta transformarlo en un susurro- te amo.

Frotó su espalda recostando la cabeza sobre su hombro

-Lo sé cielo... -dijo con una amplia sonrisa mientras jugueteaba distraidamente con un mechón de su pelo- no me hace falta ser un celeste para saber lo mucho que me amas, me lo demuestras cada día.

-¿Poco? cielo no digas eso...

Cerró los ojos ladeando la cabeza con la intención de rozar su rostro contra su mano

-Dudo que pudieras demostrarme más, lo das todo de tí

Puso un dedo en su nariz haciéndole un mimo

-Y estoy segura que me sorprenderás como de costumbre.

Se echó a sus brazos repentinamente haciéndole caer sobre la cama

-Ah si? entonces despues de un buen desayuno, estar haciendo el remolón un ratito por aquí... sorprendeme ahora... -lo miró con una pícara sonrisita- ¿a donde vamos o qué hacemos?

Se quedó quieta dejándo que le besase sin saber como reaccionar ante eso mas que siguiendo sus besos.

-Esto si que no me lo esperaba, no pensé que esa fuera tu respuesta

Negó con la cabeza como respuesta mordiéndose el labio mientras pasaba un dedo por su nariz bajando luego por su torso

-Has vuelto a sorprenderme... -susurró devolviéndole una mirada llena de picardía.

Se encogió un poco en sí misma echándose a reir al sentirle

-¿Aun tienes hambre? pensé que el desayuno había sido suficiente, si lo llego a saber te dejo alguna tostada más ^.^

-Oh bueno, entonces si te gusta más eso no seré yo la que te deje sin ello -continuaba sin poder dejar de reir por las cosquillitas que le hacía- sirvete tu mismo cuanto quieras.