Una escapada a solas

-Perfectamente mi vida -besó su espalda mientras soltaba su cintura para poder estrechar su mano, luego volvió a dejársela libre para que pudiera guiar al caballo con mayor comodidad.

-Esta bien cielo, paremos cuando creas conveniente -apoyó la barbilla sobre su hombro para poder ver por donde se dirigían- además si hay tiempo de sobra no vamos a forzar a Storm a seguir, no es necesario hacerle pasar un mal rato.

Se quedó parada mirando a Storm en el mismo lugar donde se había bajado del animal

-Bueno... pues nada, ahora a esperar a que descanse un poco... -fue a sentarse en una roca mientras continuaba observando a lo lejos al animal.

Intentó contener una carcajada al oirle

-Mmmm sí, os pareceis algo... en el pelo, ambos lo teneis oscuro -comentó empezando a juguetear con mechones del pelo de Jack en cuanto se sentó a sus piernas- ya sabes que dicen que los animales acaban pareciendose a sus dueños y esas cosas

-Tranquilo, soy fuerte, podré aguantarlo mientras no llegue a besarle a él pesando que eres tu... -le sacó la lengua mirándole de forma inocente.

Siguió ese beso tranquilamente, rodeándole con los brazos para atraerlo más hacia ella

-A ti te estaría besando todo el día.

-Genial, aunque... -bajó el tono de voz hasta hablarle en un susurro- habrá que tener cuidado no sea que Storm se ponga celoso -comentó señalando al caballo que se había acercado hasta donde estaban ellos.

Se estremeció con el roce de sus labios que besaban su cuello.
No era capaz de articular palabra, tan solo se limitó a disfrutar de esos besos perdiendose también entre sus abrazos.

Se encogió en sí mosma riendo suavemente al sentir el mordisquito, luego volvió el rostro lo suficiente como para encontrar sus labios y besarlos deslizando los suyos dulcemente sobre los de él.

-¿Qué sucede cielo?

Acarició sus labios lentamente con la yema de los dedos

-Eres un cielo... -le dio un rápido beso y luego lo abrazó con fuerza contra ella ocultando el rostro en su torso.

Al cabo de un rato se separó ligeramente de él

-Deberíamos ponernos ya en camino no siendo que se nos haga tarde... -comentó poniendo un dedo en su nariz.

Se quedó mirándole perpleja

-¿Que no quiero que me beses?

No pudo evitar echar a reir negando con la cabeza para luego agarrarlo del cuello de la camisa y así atraerlo nuevamente hacia ella. Sus labios volvieron a juntarse a los de él besándole apasionadamente mientras una de sus manos se situaba tras su nuca para evitar que se separara de ella.