Hora de comer

Intentó abrir los ojos para seguirle, pero los cerró de nuevo frotándoselos enérgicamente

-Aggg... como escuece... -murmuró entre dientes al tiempo que se cogía del brazo de Jack para llegar hasta el agua y poder lavarselos.

Se secó los ojos con la camisa a falta de algo mejor con lo que pudiera secarse. Cuando ya los tenía secos parpadeó varias veces intentando abrirlos

-Creo... creo que ya... -musitó entrecerrando los ojos.

Se dejó llevar hasta la mesa y una vez allí abrió mejor los ojos intentando enfocar su vista hacia él. Aun los tenía rojos y algo llorosos.

Asintió mirándo de reojo la naranja que había empezado a pelar

-Sí, aunque después de esto... creo que yo ya he acabado de comer...

Miró la naranja con recelo y finalmente asintió

-Esta bien... aunque creo que con que la peles será suficiente -luego añadió con una risita- no creo que me vuelva a atacar ^^

-Soy mayorcita, puedo comer sola esa naranja -dijo haciéndose la ofendida- pero si insistes... -apoyó las manos sobre las piernas jugueteando de vez en cuando con el bajo de su camiseta y abrió la boca esperando a que se la diera.

Comió el primer gajo con cuidado pero sin poder evitar darle un pequeño mordisquito al comer el segundo

-Lo siento... -dijo sonrojandose ligeramente mientras le cogía la mano frotando con suavidad la zona que le había mordido.

Se limitó a sonreir comiendo en silencio el otro pedacito que le ofrecía

-Creo que con esto ya es suficiente -puso una mano sobre su vientre suspirando- he comido demasiado y después de lo de los ojos no me gustaría tener que ir a la enfermería por una indigestión.

-Muy amable mi vida -dijo con una gran sonrisa mientras le acariciaba el rostro con el dorso de la mano- pero no quiero que te pongas tu malito ahora.

Se incorporó besando su frente recogiendo los platos y cubiertos utilizados para llevarlos a su lugar correspondiente.

Después de haber llevado todas las cosas se volvió hacia él

-Lo sé cielo... si por algún motivo tu hubiera podido sentar mal, no te habría dejado comerla.

Se sentó sobre la encimera observandole con una divertida expresión en su rostro

-¿Tan seguro estas de eso? -dijo sacándole la lengua con una pícara sonrisita.

La expresión de su rostro se tornó más seria manteniendo su mirada en todo momento

-Me alegra ver que estas tan seguro de ello y que confías tanto en mí.

-Porque... bromas aparte... -estrechó aun más sus manos acariciándolas con ternura- tu confianza para mí es muy importante mi vida.